lunes, 24 de febrero de 2025

Hablemos claro en salud

La inédita resolución de la Tercera de la Corte Suprema que interpretó la legislación vigente por sobre nuestro ordenamiento jurídico produjo un grave problema en nuestro sistema de salud con graves consecuencias para millones de usuarios de los sistemas público y privado. La conflictividad del sistema de reajustabilidad de nuestro sistema privado es un problema de larga data, como lo hicieron ver los mismos ministros de la Corte en los 2000, que aconsejaban corregir. Este es el origen de la Resolución del Tribunal Constitucional del año 2010 que abrió las puertas a la judicialización del sistema donde ingresaron más de 2,2 millones de causas a la Corte de Apelaciones entre el 2013 y 2022, de acuerdo informes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El ejecutivo demoró casi diez años en interpretar esta resolución estableciendo la tabla única de factores. La Corte busco una salida a este grave problema dictando la Sentencia Judicial de la Tercera Sala de la Corte Suprema de noviembre del año 2022, ordenando aplicar la tabla de factores con efecto retroactivo. Es grave para un sistema democrático la interpretación de las leyes.

El programa del actual Gobierno plantea establecer un seguro único sobre los pacientes eliminando el sistema privado en salud y estableciendo un seguro complementario de “segundo piso” en un criterio muy de “ideologismo juvenil” que va contra la realidad del sistema de salud chileno y el desarrollo de los planes de salud en el mundo, que se orientan hacia sistemas mixtos. El discurso político “salud igualitaria para todos”, que estamos todos de acuerdo, hay que “aterrizarla” a la realidad de nuestro sistema de salud. Eliminar el sistema privado de salud es un error que agrava los problemas de la salud pública y privada. Para establecer los seguros complementarios se hace necesario modernizar Fonasa orientándolo al financiamiento del paciente y transparentar estos seguros clarificando el período de aplicación de enfermedades graves como el aumento de deducibles sobre los 70 años y la significativa disminución de las primas.

La modernización del Estado en el sector salud ha sido de difícil implementación por la actuación de los gremios de la salud que se oponen a los cambios y hay un verdadero “nicho” entre la política y los problemas del sector. Un ejemplo es el denominado “Informe Caldera” del exministro Carlos Massad que no se pudo implementar por la actuación de dirigentes sindicales que se reeligen eternamente (uno de estos dirigentes avala como veedor la dictadura de Maduro en Venezuela). Por este camino no se avanza en la solución de los graves problemas de la salud. La excesiva politización del gremio médico es otro problema grave en salud.

Un Ministerio de Salud con vicepresidencias ejecutivas dirigidos con un ministro con una visión macro y un comité asesor multidisciplinario con médicos, profesionales de la salud, arquitectos, ingenieros, economistas es un primer paso significativo para avanzar en salud. Hospitales como unidades independientes con gerencias y directorios incorporando a los trabajadores en los resultados y la productividad, concesionando la red hospitalaria para aumentar la inversión privada. Pensar en grande en prevención y concesionar un sistema nacional preventivo en salud incorporando los Centros de Salud Familiar (Cesfam), mutuales, red hospitalaria. Pensar en grande en tecnología creando una ficha única universal incentivando la inversión privada vía concesiones para hacer realidad el anhelado hospital digital en el mayor proyecto informático de la década. Actuar con criterio de Estado en la capacitación en el campo de la salud, trabajando con las Facultades de Medicina, Sociedades Científicas en la distribución de los campos clínicos, formación de especialistas, transparentando el financiamiento de congresos médicos. Mejorar el sistema de compras públicas en salud coordinando y capacitando el trabajo de las unidades de inversiones de los Servicio de Salud, la Central de Compras y Chile Compra con el objeto de producir significativos ahorros públicos.

Para avanzar en salud no debemos confundir salud, que es ausencia de enfermedades, con medicina, que es sanar. Los próximos años son de ajuste fiscal y no podemos seguir aumentado el gasto público en salud que prácticamente se ha duplicado en relación con el PIB en salud entre 1990 al 2012 del 1,6% al 3,5% y se proyecta 6,8% para el 2050 según informes de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda. Debemos dar certeza jurídica e incentivar la inversión privada mediante sistema de concesiones o inversión directa. Es el paciente el centro de toda política pública en salud y debemos orientar el gasto a la modernización del sector con un Ministerio de acuerdo a los tiempos actuales, concesionar un sistema nacional preventivo en salud que debe ser el eje de las políticas públicas en salud, modernizar Fonasa orientándolo al financiamiento directo del paciente y establecer un sistema electrónico independiente de licencias médicas, un sistema mixto con seguros privados y públicos donde el paciente pueda elegir libremente el prestador, un seguro catastrófico universal deben ser ejes de una política pública en salud.

Ayer fueron los Cruz Coke y Allende capaces de sacar una ley trascendente para la época de los 50´s. Hoy los Edgardo Boeninger, Carlos Massad, Ricardo Lagos nos dieron un ejemplo y fueron capaces de “pensar en grande” y actuar con visión de Estado. Es hora de que avancemos y hablemos claro, millones de pacientes así lo esperan.



Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial



Santiago, 24 de febrero de 2025