jueves, 30 de abril de 2020

Constitución y Salud


La pandemia actual es una oportunidad  para reflexionar sobre lo  la fragilidad del hombre frente a la vida y lo verdaderamente importante, para reflexionar sobre el modelo de sociedad que queremos construir y lo que hemos hecho y si lo hemos hecho bien y, en el campo de la salud, reflexionar sobre el modelo  que queremos para Chile, en los principios de la Seguridad Social,de acuerdo a la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que le asegure, así como a su familia, salud y bienestar, incluyendo asistencia médica y derechos a seguros en caso de enfermedad, viudez y vejez” .

La Constitución es una declaración general del modelo de sociedad que queremos vivir y es un conjunto de normas jurídicas que relacionan el Estado con los ciudadanos fijando los límites de los poderes ejecutivos, legislativo y judicial, estableciendo la defensa de la nación y libertad de sus habitantes.  La Constitución es “esencia” es decir las reglas elementales en que una sociedad define como vivir y es un pacto político social o “Carta Magna”. Un ejemplo para establecer reglas simples es el preámbulo de la Constitución de Estados Unidos: “Nosotros, el Pueblo de Estados Unidos, a fin de formar una unión más perfecta, establecer justicia, asegurar la tranquilidad interior, proveer la defensa común, promover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y nuestros descendientes los beneficios de la libertad proclamamos e instituimos esta Constitución para los Estados Unidos de América”. Obviamente hay muchos tipos de constituciones de acuerdo a cada nación.

Los derechos constitucionales de la salud en Chile están definidos en el Capítulo III de los “Deberes y Derechos Constitucionales”, el artículo  No. 19° el artículo 1 establece “el derecho a la vida y la integridad física de la persona y la vida del que está por nacer” y el artículo 9° establece “El Derecho a la Protección de la Salud” .“Es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que se presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias. Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o privado”.

En América Latina todas las constituciones establecen el “Derecho a la Salud” y en un  trabajo del Colegio Médico sobre “Salud y Constitución” resume los principales derechos en diversos países de la Región: “se garantiza a todos sus habitantes el acceso a la salud en sus aspectos preventivos, asistenciales y terapéuticos” (Argentina),  “ la atención en salud y saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado” (Colombia), “La Salud es un derecho que garantiza el Estado” (Ecuador), “La Salud es un derecho fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte al derecho a la vida” (Venezuela).

¿Es la Constitución la herramienta con la cual se va a garantizar un acceso oportuno, asequible e igualitario a la salud como lo establece la Carta de las Naciones Unidas? Objetivamente no y esta pandemia desnuda los enormes dificultades del sector. En Chile mueren entre 8 a 10 mil personas en las listas de espera esperando una consulta o una cirugía y alrededor del 75% de la población, cautiva por el Estado, tiene una deplorable atención en salud. El informe de Productividad Hospitalaria refleja la realidad del sector. Llevamos años planteando reformas al Fonasa, comisiones de expertos, aumento constante del gasto en salud y los resultados son los mismos: alta deuda hospitalaria, listas de espera, falta de especialistas entre otros. Hay una crisis estructural del sector y tenemos una oportunidad de avanzar.

En mi opinión, la Constitución debe establecer sólo tres reglas generales: Primero, la salud es un derecho de todos los habitantes de Chile para tener un acceso oportuno e igualitario a los servicios de salud. Segundo: es el Estado el responsable de establecer políticas públicas mediante la ley creando un “Servicio Nacional de Salud Único de Chile” orientando los recursos públicos fundamentalmente al sector primario con políticas preventivas y estableciendo normas claras para los seguros públicos y privados que garantices a sus habitantes un igualitario acceso a la salud. Tercero, son los pacientes el centro de atención y toda acción, con una Red Pública y Privada con objetivos claros y metas concretas de salubridad pública, que debe tener como eje esencial a este (el paciente) en el centro de toda política del sector.  

El heroico trabajo de los trabajadores de la salud en enfrentar la pandemia son un ejemplo de servicio público que nos debe hacer reflexionar y buscar consensos en enfrentar los graves problemas de la salud en Chile para que la letra se traduzca en políticas públicas concretas.  Debemos abandonar nuestras pequeñeces y trabajar en un bien común. En mi opinión, en esta época de la tecnología y la robótica, de la computación y la nanotecnología no podemos seguir “anclados” en los principios de la salubridad pública de los 50´s sin visualizar las enfermedades de los próximos años y modernizar nuestro sector público en salud. Ejes de una política pública en salud son un Sistema Nacional de Salud Único que regule los sectores público y privado, modernizar el sector público con un Ministerio con Vicepresidencias Ejecutivas y Hospitales Públicos con Directorios y Gerentes con metas de productividad, haciendo participar a los trabajadores en los resultados, una ficha única universal para cada paciente interconectando los sectores públicos y privados  en que se facilite la telemedicina, focalizar el gasto público a la prevención  que enfrente los problemas graves de la salubridad pública como el alcoholismo, la drogadicción, la obesidad, la salud mental con metras concretas trianuales, quinquenales mediante Centros de Referencia públicos y privados que enfrenten los problemas primarios y después deriven al sector hospitalario, incluyendo la medicina familiar, libertad de elección del paciente para que elija libremente el prestador focalizando subsidios directos a los pacientes de menores recursos (eje central de una política de salud), un plan garantizado mínimo financiado con recursos del Gobierno Central y un seguro catastrófico universal obligatorio para enfermedades de alto costo, uso de la tecnología estableciendo incentivos en los exámenes preventivos (ecotomografías, colonoscopías, exámenes de imágenes entre otros) con el objeto de detectar precozmente enfermedades, un acuerdo público/privado en la inversión en infraestructura y equipamiento hospitalario y un Estatuto de los Trabajadores con incentivos de seguridad, productividad y protección de su trabajo.
                          
                                                   

  Ing. Jaime Calderón Riveros

Santiago, abril 30, 2020

sábado, 18 de abril de 2020

Mejorar las decisiones de compra de insumos y tecnología en Salud


En un proyecto en salud la tecnología y equipamiento representa fácilmente el 40% del costo de la inversión total. Los prestadores privados tienen Directores Médicos y Gerentes, Gerentes de Compras, Enfermeras Coordinadoras lo que mejora notablemente la toma de decisiones en los rubros de recursos humanos, inversiones, finanzas, proyectos y otros mejorando la gestión. El sector público tiene un conjunto de complejidades que dificultan un uso racional de recursos. Hospitales sin Gerentes (tienen Directores Médicos y Sub-Directores Administrativos), un sistema de definición de las bases técnicas muy disgregado y poco racional donde la Unidad de Inversiones del Ministerio de Salud es poco lo que puede hacer, una unidad de compras (Chile Compra) que cumple una labor administrativa en la toma de decisiones de inversiones públicas sin poder intervenir en su mejora, una Central de Abastecimientos orientada esencialmente a la compra de medicamentos que abandonó su función de compras públicas como fue históricamente. Todo esto se traduce en un sobre costo en la inversión que por el volumen de compras públicas no deja de ser significativo. En estos días vemos millonarias compras por el tema de la pandemia Convit-19 ¿Quién certifica que las compras están bien hechas?
El sector salud es de alta complejidad donde intervienen médicos, salubristas públicos, economistas de la salud, administradores, enfermeras, arquitectos, proveedores, laboratorios, sociedades científicas entre otros  cada uno con su particular visión profesional y de interés particular. Desde el punto de vista de la racionalidad de la ingeniería es difícil de entender y un ejemplo es el informe de Productividad Hospitalaria que hizo un estudio de 12 hospitales con más de 80 mil cirugías que fue  entregada al Presidente de la República y concluye  que con sólo U$ 100 millones de dólares inversión se podría aumentar en 126 mil las nuevas cirugías donde el uso de los pabellones quirúrgicos es sólo del 53%, estando muy subutilizados.
Chile Compra estaba haciendo un estudio de definición de las bases técnicas en conjunto con proveedores hace unos años, trabajo que desgraciadamente no siguió efectuándose. En mi opinión lo que necesita es una “re-ingeniería” total del sector salud y esta pandemia es una oportunidad de diseñar un “Sistema Nacional de Salud” con mayor racionalidad. En esta presentación quiero presentar algunas sugerencias concretas que permitan mejorar la toma de decisiones en las compras públicas.
1)      Chile Compra

En mi opinión debe racionar el llamado a Licitaciones Públicas determinado ítem más específicos:
-          Un ítem de “grandes inversiones” como son las compras de Resonadores Magnéticos, Tomógrafos Computarizados (scanner), sistemas robóticos de uso médico y en general, grandes inversiones tecnológicas. En mi opinión, y recogiendo la experiencia internacional, esto debe ser manejado por el Gobierno Central por intermedio de la Central de Abastecimientos y es muy práctico citar a los proveedores en conjunto que expongan  en un tiempo acotado, sentando a los compradores a escuchar y de esta forma se racionaliza la inversión (evitando la comparación de equipos compactos con equipos mayores por ejemplo, que se presta para malas comparaciones y evita interferencias indebidas).
-          Un ítem “equipos intermedios de uso médico” como son los ecográfos, microscopios quirúrgicos, equipos de rayos, equipos para oftalmología, ORL, ginecología, cirugía plástica y diversas especialidades, equipos láser en sus diversas aplicaciones médicas. En este rubro es “sustantivo” las correctas definiciones técnicas del llamado a licitaciones donde hay graves falencias que distorsionan la toma de decisiones produciendo un enorme sobre gasto (en un pabellón intermedio no se justifica incorporar un microscopio de alta gama por ejemplo)
¿Cómo se mejora esta toma de decisiones? Es sustantivo un trabajo y capacitación de la Unidad de Inversiones del Ministerio de Salud quien, en mi opinión, debe liderar este proceso en conjunto con la Central de Abastecimientos, Chile Compra, las Sociedades Científicas y los proveedores. Posteriormente deben ser capacitadas todas las unidades técnicas del Servicio Nacional de Salud fijándole directrices genéricas estableciendo los conflictos de interés (ser socios de empresas proveedoras por ejemplo o trasparentar los dueños de los prestadores para controlar el exceso de exámenes innecesarios).
¿Cómo funciona en la práctica la toma de decisiones actual? Lo usual es entregar un catálogo de un laboratorio y/o empresa médica al usuario quien lo copia y llama a licitación. En muchas ocasiones estas decisiones está influenciadas por el financiamiento de Congresos Médicos y los compromisos comerciales ahí generados (esto se distribuye en distintas unidades y los “creativos” van agregando requerimientos y por ahí alguien se equivoca, obvio si no conoce el tema, y le agrega un cero y sale la licitación  por un equipo de 200 watts que no existe porque era de 20 watts. Es lo real). En mi opinión, el financiamiento de los Congresos Médicos deberían ser manejados por el Ministerio de Salud mediante licitaciones y es una fuente de recursos para la formación de especialistas evitando de esta forma los compromisos comerciales (se han hecho Congresos hasta en la Isla de Pascua donde finalmente son los pacientes los que financian por el sobre precio de los insumos). El financiamiento de congresos médicos es un serio problema que debe ser abordado.  
Un tercer ítem que debe clasificar Chile Compra son “insumos, instrumental y dispositivos médicos” donde, en mi opinión, se debe hacer un trabajo en conjunto con la Central de Abastecimientos estableciendo un “Registro de Proveedores” dando importancia a la antigüedad, servicio, adjudicaciones incentivando la competencia (en contra de los monopolios) y fortaleciendo la industria médica con puntajes anuales evitando la proliferación de oferentes (un ejemplo es hoy con los suministros para la pandemia donde “brotan” los proveedores, muchos que jamás han participado en el rubro). Este es un trabajo que debe hacer Chile Compra en conjunto con la Central de Abastecimientos, los proveedores y las Sociedades Científicas.
Un ejemplo son los famosos “comodatos” en que se entrega equipamiento sin costo versus compromiso de compra de los insumos que son vendidos con “sobreprecio” que en definitiva lo pagan los pacientes. En mi opinión, en el sector público esta práctica es un incentivo perverso y en el sector privado es falta a la ética ¿es racional que los pacientes financien el equipamiento pagando un sobreprecio por los insumos?

2)      Central de Abastecimientos
Es el organismo central de compras públicas y en mi opinión debe jugar un rol sustantivo en el ahorro público. Es complejo en la burocracia del Estado coordinar unidades como el Departamento Inversiones del Ministerio de Salud, Chile Compra, Proveedores, los distintos Servicios de Salud en todo Chile, las Sociedades Científicas (y sus particulares intereses) pero debemos hacer un esfuerzo en el marco de la Modernización del Estado donde Hacienda debe jugar un rol porque es el que pone los recursos.
En mi opinión debería existir un “Registro Nacional de Proveedores” en distintos niveles como se mencionó anteriormente:
-          Grandes inversiones en salud
-          Equipos intermedios de uso médico
-          Insumos, instrumental y dispositivos médicos.
-          Arquitectura Hospitalaria
               Este Registro Nacional de Proveedores debe tener criterios como la antigüedad, puntaje por adjudicaciones, incentivar la competencia y no los monopolios (exclusividades), garantías anuales por participar en la licitaciones en función al rubro otorgando la Central de Abastecimientos un Certificado que le permita participar en las Licitaciones (hoy es un negocio bancario), declaración de intereses entre otros. Esta era la forma de operar hace años y era de mayor trasparencia.
3)      Ministerio de Salud

El Ministerio de Salud por intermedio de su Departamento Inversiones no debe estar ajeno a esta toma de decisiones y en conjunto con Hacienda debe liderar esta Modernización del Sector Salud que produce importantes ahorros públicos.

En esta modernización debe estar incorporado la Unidad de Arquitectura Hospitalaria que debe supervisar y racionalizar los proyectos hospitalarios donde hay hospitales sobre dimensionados, mal diseñados, mal ubicados que obviamente incide en los costos en salud

Esta presentación tiene por objeto presentar una visión desde la perspectiva de la ingeniería donde tengo más de 30 años de experiencia y he visto grandes proyectos exitosos y grandes irracionalidades en la inversión en salud.

                                                                                                    Ing. Jaime Calderón Riveros Santiago, abril del 2020