miércoles, 26 de marzo de 2025

Cobertura Universal en Salud (CUS)

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene un proyecto hacia el 2030 de fomentar la Cobertura Universal en Salud (CUS) en un programa de acceso igualitario a todos los servicios de salud con calidad, protección financiera, y para toda la población. ¿Hemos avanzado en Chile?

“Ningún país, por más rico que sea, está en capacidad de proveer a toda la población todas las tecnologías o intervenciones que podrían mejorar la salud o prolongar la vida” lo definía la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 2010. Esto significa priorizar recursos limitados.

Aquí surgen varias preguntas a resolver. ¿Quiénes van a ser los usuarios o pacientes, y qué tecnologías se van a usar, y quien la define? ¿Cuándo una nueva tecnología es un aporte que incorpora valor agregado? ¿Cuál va a ser la política de medicamentos; mercado o compras masivas del Estado para controlar el precio? ¿Cómo mejorar la eficiencia y evitar el despilfarro y corrupción en salud? ¿Cómo maximizar el presupuesto? Si tengo una droga de alto costo que favorece a unos pocos pacientes con sobrevida de unos pocos años, versus gastar ese dinero en planes preventivos masivos. ¿Quién define la decisión?

Los asesores del BID hablan de una priorización explícita en salud y recomiendan financiar planes específicos, definiendo a quienes financiar, racionalizando el gasto en base a la experiencia y a la evidencia, transparentando y controlando las decisiones. Hay un aumento del gasto en salud por el cambio demográfico, por el cambio epidemiológico y por las nuevas tecnologías que hace necesario enfrentar con una visión técnica de futuro.

En Chile se perdieron veinte y cinco años desde los 2000 en que durante el Gobierno de Ricardo Lagos con la participación del Dr. Hernán Sandoval y “pensando en grande”, con una visión de Estado, se implementó el plan Auge que es una política explícita en salud cuyo objetivo era una cobertura completa de un conjunto de enfermedades donde se asignaban recursos. Había hasta una comisión multidisciplinaria con ingenieros y médicos. Este programa estaba complementado con una modernización del sector público y una herramienta eran las concesiones hospitalarias que le cambiaba el rostro a la salud pública chilena. Todo este notable avance se detuvo por motivos ideológicos, parches y desastrosas políticas públicas en un concepto de una vieja seguridad social que no avanzó con el desarrollo de la tecnología, administración y economía moderna. En el concepto genérico de salud igualitaria se privilegió el monopolio del Estado produciendo un enorme despilfarro de recursos públicos que terminan con la más grave crisis del sector salud en décadas. Se suma a esta grave situación en el sector salud la inédita e inconstitucional intervención de la Corte en políticas públicas y un ideologismo extremo cuyo objetivo es destruir el sector privado a pesar de que en Chile tenemos un sistema mixto en salud que funcionó muy bien durante la pandemia.

Siguiendo los criterios del BID en una política explícita en salud, insisto, y lo que vengo planteando por años, es un gran acuerdo nacional en salud en el marco de un nuevo orden social. En mi opinión, y como aporte sugiero primero definir y legitimar un sistema mixto en salud orientado al paciente, objeto central de toda política pública en salud. Segundo, debemos modernizar severamente al Estado, con un equipo multidisciplinario como se propuso en los 2000, con un ministro que tenga una visión macro con vicepresidencias ejecutivas con metas concretas, hospitales con directorios y gerencias como unidades económicas independientes incorporando la variable productividad, concesionando toda la red hospitalaria, captando inversión privada y de beneficencia. Tercero, crear un plan preventivo en salud “en grande” incorporando los centros de salud familiar (Cesfam), mutuales, hospitales, fundaciones de beneficencia, Inta para enfrentar el grave problema de la obesidad infantil, alcoholismo y drogadicción, salud bucal, salud mental entre otros. La medicina familiar, nutricionistas, matronas, enfermeras tienen mucho que aportar. Pregunto ¿es el servicio militar social pagado (como en Israel) una herramienta de alfabetización sanitaria y cohesión social? Un seguro universal catastrófico y un estatuto especial de los trabajadores de la salud son herramientas para avanzar en salud.

Debemos tener empatía con los graves problemas de la salud que afectan gravemente a los mas desposeídos. El Hospital de Ochagavía denominado “el elefante blanco” que hoy son bodegas, es un ejemplo de excesos y falta de una visión multidisciplinaria en una política pública en salud. El problema de las listas de espera y no conocer su verdadero número, los pacientes con cáncer no atendidos, usar los reales problemas de la salud como plataforma para hacer carrera política, los pacientes en los consultorios, merece una visión más de Estado en salud. De sueños vive el hombre, la vida sin sueños es triste y gris y espero que entre todos avancemos en la solución de los reales problemas de la salud para que todos tengan un acceso igualitario y oportuno a los servicios de salud.



Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial

Santiago, marzo 26, 2025

jueves, 6 de marzo de 2025

Ingeniería en salud

Se necesita mucha ingeniería en salud dijo Evelyn Mathei, senadora en ese entonces, en un Encuentro Nacional de la Empresa (Enasa). Bingo, por fin se habla de racionalizar el sector salud. Como estamos hoy en salud, vemos que no fue escuchada.

La salud afecta lo más esencial del ser humano, la vida misma, por lo que es difícil avanzar e intervienen muchos actores. No se debe confundir salud que es un estado de ausencia de enfermedades con medicina que es un conjunto de herramientas para sanar al paciente. Salud es un problema multidisciplinario en que intervienen médicos, enfermeras, matronas, profesionales de la salud, arquitectos, ingenieros, economistas.

Las políticas del sector salud están influenciadas por lo que llamo una vieja escuela de salubridad pública nacida en los hospitales públicos de los 50´s que estima que es Estado el que debe solucionar los problemas sanitarios mediante recursos fiscales y que no avanzo con la tecnología y el desarrollo de la economía, en que surgen seguros privados que forman parte del sistema de seguridad social. Se debe sumar a esta visión de la salubridad pública el problema de los gremios de la salud que no permiten avanzar en cualquier racionalización del sector, donde hay fuertes intereses con fuerza suficiente para elegir sus políticos.

En el aspecto político hay otro problema jurídico grave de años. La inconstitucional Sentencia de la Tercera Sala de la Corte Suprema del año 2022, que se extralimitó en sus funciones, no fue objetada ni por el ejecutivo ni el legislativo. El poder ejecutivo interpretó precipitadamente la sentencia porque le permitía terminar con el sistema privado como está en el programa de Gobierno y en el legislativo no existió liderazgo político para acusar constitucionalmente a los jueces, porque es muy impopular, y nombra comisiones. La judicialización de la salud es consecuencia que nunca se corrigió el sistema de reajustabilidad privado que era conflictivo, como lo solicitaron varios ministros de la Corte en los 2000 que terminó con la resolución del Tribunal Constitucional del año 2010. El ejecutivo demoró casi diez años en dictar la tabla única de factores, que refleja la complejidad del sector salud.

Veamos si siguiendo en la lógica de la racionalidad de la ingeniería, como lo mencionaba Evelyn Mathei, podemos avanzar.

Lo primero es que debemos definir prioritariamente es que es el paciente el objeto de todo sistema de salud. No importa el color del gato, lo importante es que cace ratones, decía Xiaoping, primer ministro chino, y sacó a millones de chinos de la pobreza. No importa si el actor es público o privado pero que solucione los problemas de los pacientes.

Lo segundo es modernizar severamente el Estado adaptándolo a los tiempos actuales e incorporando la tecnología y captar inversión privada, para lo que se necesita dar legitimidad al sistema. El ministerio dirigido por un equipo de cinco o seis expertos de la medicina, profesionales de la salud, arquitectura e ingeniería con un ministro con una visión macro. Organizar los hospitales como unidades económicas con directorios y gerencias con el objeto de captar inversión privada directa y de la beneficencia. Un Fonasa orientado a financiar los seguros de los pacientes para que estos elijan libremente el prestador. Un sistema electrónico independiente de licencias médicas. Es inaceptable que con la tecnología actual existan fraudes en licencias. Pensar en grande y un sistema de ficha única universal que interactúe con los sistemas público y privado y hacer realidad el anhelado hospital digital.

Lo tercero es definir dar legitimidad a que el sistema de salud es un sistema mixto con participación pública y privada, donde el paciente tiene la libertad de elegir libremente el prestador. Es sistema de concesiones para toda la red hospitalaria racionaliza la inversión y es una herramienta para concretar la ficha única.

Definir que las políticas públicas en salud deben estar enfocadas prioritariamente a la prevención usando todas las herramientas de la tecnología como diagnóstico por imágenes, colonoscopía, ecotomografía, mamografías, exámenes de sangre. Prevenir antes que se produzca la enfermedad nos enseña la milenaria cultura china. Concesionar un sistema nacional preventivo en salud incorporando los centros de salud familiar (Cesfam), mutualidades y red hospitalaria.

Soy escéptico porque se necesita mucha fuerza, liderazgo y “pensar en grande” para avanzar en salud, donde los intereses involucrados y visiones políticas que usan la salud para hacer carrera y no enfocarse en solucionar los problemas de los pacientes. Pero hay que continuar en esta quijotesca lucha. Este invierno en algún hospital en Chile, una mujer va a estar horas en la camilla de una ambulancia porque no hay camas en el hospital. Esa mujer puede ser tu madre. Hay que se empático con los graves problemas de la salud y avanzar.



Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial
Santiago, marzo 6, 2025                              

lunes, 24 de febrero de 2025

Hablemos claro en salud

La inédita resolución de la Tercera de la Corte Suprema que interpretó la legislación vigente por sobre nuestro ordenamiento jurídico produjo un grave problema en nuestro sistema de salud con graves consecuencias para millones de usuarios de los sistemas público y privado. La conflictividad del sistema de reajustabilidad de nuestro sistema privado es un problema de larga data, como lo hicieron ver los mismos ministros de la Corte en los 2000, que aconsejaban corregir. Este es el origen de la Resolución del Tribunal Constitucional del año 2010 que abrió las puertas a la judicialización del sistema donde ingresaron más de 2,2 millones de causas a la Corte de Apelaciones entre el 2013 y 2022, de acuerdo informes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. El ejecutivo demoró casi diez años en interpretar esta resolución estableciendo la tabla única de factores. La Corte busco una salida a este grave problema dictando la Sentencia Judicial de la Tercera Sala de la Corte Suprema de noviembre del año 2022, ordenando aplicar la tabla de factores con efecto retroactivo. Es grave para un sistema democrático la interpretación de las leyes.

El programa del actual Gobierno plantea establecer un seguro único sobre los pacientes eliminando el sistema privado en salud y estableciendo un seguro complementario de “segundo piso” en un criterio muy de “ideologismo juvenil” que va contra la realidad del sistema de salud chileno y el desarrollo de los planes de salud en el mundo, que se orientan hacia sistemas mixtos. El discurso político “salud igualitaria para todos”, que estamos todos de acuerdo, hay que “aterrizarla” a la realidad de nuestro sistema de salud. Eliminar el sistema privado de salud es un error que agrava los problemas de la salud pública y privada. Para establecer los seguros complementarios se hace necesario modernizar Fonasa orientándolo al financiamiento del paciente y transparentar estos seguros clarificando el período de aplicación de enfermedades graves como el aumento de deducibles sobre los 70 años y la significativa disminución de las primas.

La modernización del Estado en el sector salud ha sido de difícil implementación por la actuación de los gremios de la salud que se oponen a los cambios y hay un verdadero “nicho” entre la política y los problemas del sector. Un ejemplo es el denominado “Informe Caldera” del exministro Carlos Massad que no se pudo implementar por la actuación de dirigentes sindicales que se reeligen eternamente (uno de estos dirigentes avala como veedor la dictadura de Maduro en Venezuela). Por este camino no se avanza en la solución de los graves problemas de la salud. La excesiva politización del gremio médico es otro problema grave en salud.

Un Ministerio de Salud con vicepresidencias ejecutivas dirigidos con un ministro con una visión macro y un comité asesor multidisciplinario con médicos, profesionales de la salud, arquitectos, ingenieros, economistas es un primer paso significativo para avanzar en salud. Hospitales como unidades independientes con gerencias y directorios incorporando a los trabajadores en los resultados y la productividad, concesionando la red hospitalaria para aumentar la inversión privada. Pensar en grande en prevención y concesionar un sistema nacional preventivo en salud incorporando los Centros de Salud Familiar (Cesfam), mutuales, red hospitalaria. Pensar en grande en tecnología creando una ficha única universal incentivando la inversión privada vía concesiones para hacer realidad el anhelado hospital digital en el mayor proyecto informático de la década. Actuar con criterio de Estado en la capacitación en el campo de la salud, trabajando con las Facultades de Medicina, Sociedades Científicas en la distribución de los campos clínicos, formación de especialistas, transparentando el financiamiento de congresos médicos. Mejorar el sistema de compras públicas en salud coordinando y capacitando el trabajo de las unidades de inversiones de los Servicio de Salud, la Central de Compras y Chile Compra con el objeto de producir significativos ahorros públicos.

Para avanzar en salud no debemos confundir salud, que es ausencia de enfermedades, con medicina, que es sanar. Los próximos años son de ajuste fiscal y no podemos seguir aumentado el gasto público en salud que prácticamente se ha duplicado en relación con el PIB en salud entre 1990 al 2012 del 1,6% al 3,5% y se proyecta 6,8% para el 2050 según informes de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda. Debemos dar certeza jurídica e incentivar la inversión privada mediante sistema de concesiones o inversión directa. Es el paciente el centro de toda política pública en salud y debemos orientar el gasto a la modernización del sector con un Ministerio de acuerdo a los tiempos actuales, concesionar un sistema nacional preventivo en salud que debe ser el eje de las políticas públicas en salud, modernizar Fonasa orientándolo al financiamiento directo del paciente y establecer un sistema electrónico independiente de licencias médicas, un sistema mixto con seguros privados y públicos donde el paciente pueda elegir libremente el prestador, un seguro catastrófico universal deben ser ejes de una política pública en salud.

Ayer fueron los Cruz Coke y Allende capaces de sacar una ley trascendente para la época de los 50´s. Hoy los Edgardo Boeninger, Carlos Massad, Ricardo Lagos nos dieron un ejemplo y fueron capaces de “pensar en grande” y actuar con visión de Estado. Es hora de que avancemos y hablemos claro, millones de pacientes así lo esperan.



Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial



Santiago, 24 de febrero de 2025