viernes, 24 de octubre de 2025

REFORMA DE SALUD: CORAJE Y GENEROSIDAD

El sistema de salud debe ocupar un lugar importante en el debate público. No basta con deseos inalcanzables ni promesas de corto aliento haciendo más de lo mismo. Se requiere una transformación profunda que inevitablemente trascenderá los ciclos políticos.

El diagnóstico es inequívoco: el sistema de salud chileno necesita una reforma estructural que valore los derechos de los pacientes. En primer lugar, es imperativo avanzar hacia un modelo de colaboración público-privada que garantice el derecho a elegir libremente el sistema de aseguramiento con un financiamiento mixto que asegure acceso igualitario, oportuno y de calidad. Fonasa debe evolucionar hacia un gran asegurador nacional abierto a delegar funciones, a mutualizar riesgos con aseguradores e Isapres y promover eficiencia y libre elección.

En segundo lugar, resulta esencial la modernización del Estado en gobernanza, gestión y tecnología. No es aceptable que, pese a un aumento del 400% real del gasto público en las últimas dos décadas, persistan listas de espera, retrasos en tratamientos críticos como el cáncer y una infraestructura hospitalaria subutilizada. La planificación sanitaria debe considerar tanto la inversión inicial, como los costos operacionales de los establecimientos hospitalarios y ambulatorios, más allá de la construcción de nuevos recintos sin evaluación rigurosa. Casos como los hospitales Rengo, Melipilla, Institutos de Neurología y del Cáncer, Del Salvador, Antofagasta, entre varios otros con retrasos manifiestos son un llamado de atención que no puede ignorarse.

En tercer lugar, la excesiva dependencia de los hospitales al MINSAL, la politización de los gremios y la falta de gestión deben abordarse con una nueva visión estratégica, multidisciplinaria y respaldada por un marco jurídico moderno. Es imperioso concesionar la gestión de redes hospitalarias y ambulatorias y mejorar las compras públicas, junto a un robusto servicio de telemedicina y un sistema informático interoperable. Asimismo, aquellos establecimientos que mantengan administración estatal deberán contar con directorios profesionales responsables de rendir cuentas, innovar y atraer inversión. En materia de licencias médicas se deberán establecer nuevas normas que desestimulen su uso, involucren al empleador y fortalezcan la institucionalidad del COMPIN con obligaciones de rendición de cuenta pública del gasto en ese beneficio social.

En cuarto lugar, la prevención y la educación sanitaria debe convertirse en uno de los pilares del sistema, aunque su implementación requiere indefectiblemente un desarrollo simultáneo de la gestión hospitalaria. Proponemos la creación de un sistema nacional preventivo, articulado con otros ministerios (Educación, Transportes y Economía), municipalidades, mutualidades y hospitales, que enfrente desafíos como la obesidad infantil, el síndrome la drogadicción, accidentes del tránsito, la salud mental y bucal, especialmente en los sectores más vulnerables.

No menos importante es avanzar hacia un nuevo estatuto del trabajador sanitario, que promueva el desarrollo profesional, reconozca el mérito y proteja a los funcionarios de agresiones, aunque asimilado al Código del Trabajo.

En suma, el próximo gobierno deberá garantizar la libertad de elección en salud de sistemas que combinen cobertura universal, protección financiera y equidad, con propuestas de salud basadas en el rigor técnico y económico. No se trata de ideología, sino de coraje y generosidad: coraje para enfrentar a quienes por años han defendido el statu quo y los intereses corporativos, y generosidad para impulsar reformas cuyos frutos serán cosechados por gobiernos venideros.


Rafael Caviedes Duprà. Ex director de Fonasa. Máster en Economía (U. de Navarra)
Jaime Calderón Riveros Ingeniero Comercial (Fen U de Chile)



Madrid/Santiago, octubre 24, 2025

jueves, 16 de octubre de 2025

SALUD Y SANIDAD: MÁS QUE UN ESLOGAN

Jaime Calderón R.
Rafael Caviedes D.


La salud debe ser reconocida como un derecho fundamental y abordada como política de Estado más allá de coyunturas partidarias.


La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no únicamente la ausencia de enfermedad. Se trata de un concepto dinámico, complejo y multifactorial, influido por determinantes biológicos, sociales, ambientales y conductuales. En cambio, la sanidad corresponde al conjunto de servicios, instituciones y políticas públicas orientadas a garantizar el acceso a las prestaciones médicas, preservar y mejorar la salud de la población. Incluye la atención primaria, hospitales, campañas de prevención, regulación sanitaria y vigilancia epidemiológica.

En Chile, como en muchos países, ambos conceptos se suelen mezclar. Esta confusión lleva a reducir la sanidad a una cuestión exclusivamente médica, ignorando su carácter interdisciplinario. El sistema sanitario involucra no solo a profesionales clínicos (médicos, enfermeras, matronas), sino también a economistas, ingenieros, arquitectos, gestores y otros actores que contribuyen al diseño, implementación y evaluación de políticas sanitarias.

Es fundamental comprender que la salud no depende exclusivamente de la infraestructura hospitalaria ni del número de funcionarios. Su construcción responde a múltiples determinantes: condicionantes socioeconómicos, antecedentes genéticos, estilos de vida, entorno físico y acceso efectivo a servicios de prevención, promoción y atención integral. La medicina familiar, la educación sanitaria y la promoción de hábitos saludables son pilares esenciales en este enfoque.


Indicadores Críticos de Salud en Chile

La situación epidemiológica nacional refleja desafíos estructurales. La obesidad afecta al 42% de la población, evidenciando fallas en políticas de alimentación y actividad física. El consumo nocivo de alcohol alcanza al 42% de los adultos, con un 26% de prevalencia entre jóvenes de 18 a 24 años. El envejecimiento poblacional plantea exigencias crecientes al sistema, especialmente en enfermedades crónicas como el cáncer y neuropsiquiátricas, pues contribuyen al deterioro de los años de vida ajustados por discapacidad. La salud bucal, históricamente relegada, continúa siendo una deuda sanitaria con impacto directo en la calidad de vida. Asimismo, debe abordarse el sobre uso del reposo médico, el que duplica las tasas de uso al comienzo de este siglo.

Estos datos confirman que la salud debe abordarse desde una perspectiva integral, superando el enfoque curativo y reconociendo su dimensión social, económica, preventiva y comunitaria.


Sistema Mixto: Tensiones y Oportunidades**

Chile opera bajo un modelo mixto de provisión de servicios de salud muy imperfecto. Si bien, el sistema privado atiende el 47% de las prestaciones (con solo el 20% de las camas) estas se financian principalmente mediante gasto directo de los usuarios o seguros voluntarios. De hecho, Chile es uno de los países de la OCDE con mayor gasto de bolsillo. Esta segmentación se explica, en parte, por una asignación arbitraria e ineficiente de los subsidios fiscales, puesto que se dirigen solo a la oferta institucional pública y no a las personas como debería ser, ajustados por riesgo y capacidad de pago.

Ello queda ampliamente demostrado pues, a pesar del importante incremento presupuestario del sector público en los últimos 25 años, la baja productividad y subutilización de infraestructura crítica -como pabellones quirúrgicos- ha limitado la capacidad resolutiva del sistema público. Según la Comisión Nacional de Productividad, una gestión más eficiente hubiese permitido reducir significativamente las listas de espera.


Modernización del Estado: Una Necesidad Estratégica**

La transformación del sistema de salud requiere una modernización institucional profunda. Este proceso ha sido obstaculizado por estructuras de cogobierno gremial que dificultan la implementación de reformas. No obstante, muchas experiencias internacionales exitosas como la colaboración público-privada y la transformación digital en hospitales públicos demuestran que es posible caminar hacia modelos más eficientes.

Es imprescindible crear un Ministerio de Salud con enfoque técnico, visión estratégica y asesoría multidisciplinaria. Por su parte, la gestión hospitalaria debe independizarse de la captura política de los gobiernos de turno, profesionalizarse mediante un marco jurídico adecuado, directorios técnicos, orientados por criterios clínicos, de ingeniería sanitaria y de innovación continua, alejados de interferencias políticas.

La reforma del Estatuto Administrativo y Municipal, junto con la modernización del modelo de gestión financiera, son condiciones necesarias. Asimismo, la tecnología actual hace posible implementar la interoperabilidad de la historia clínica única. Del mismo modo, se debe avanzar en la creación de un nuevo seguro de licencias médicas, con administración y financiamiento independiente al de salud, totalmente digital y controlado mediante IA. Finalmente, se debe fomentar la inversión privada pero no sólo mediante concesiones de infraestructura, sino que se debe progresar en las concesiones de gestión clínica “de bata blanca” con esquemas basados en pagos capitados y resultados clínicos según calidad y oportunidad, que garanticen la equidad en el acceso y promuevan la innovación, la competencia y el servicio al paciente.


Prevención: Pilar de la Salud Pública

La prevención debe constituir el eje central de toda política sanitaria. Para ello, es prioritario fortalecer los Centros de Salud Familiar como puerta de entrada al sistema, integrarlos con la red hospitalaria y desarrollar un Sistema Nacional de Salud Preventiva. En comunas, donde sea pertinente, también se deben considerar las concesiones de atención primaria, para mejorar la cobertura, la innovación y la eficiencia.

La educación sanitaria debe institucionalizarse como política pública. Programas de medicina familiar, del adulto mayor, nutrición, salud mental y actividad física deben formar parte de una estrategia nacional articulada. La creación de centros especializados en salud mental es urgente ante el aumento sostenido de patologías neuropsiquiátricas.


Hacia un Sistema Universal y Oportuno

La equidad en el acceso a servicios de salud debe ser el principio rector. Esto implica transitar hacia un sistema de seguros universales, con libertad de elección entre seguros públicos y privados, y subsidios estatales ajustados por riesgo e ingreso. La implementación de un seguro catastrófico obligatorio, de nuevas formas de concesiones de gestión, un nuevo marco jurídico para la administración financiera de los establecimientos de salud y un estatuto especial, flexible, similar a las leyes laborales para los trabajadores sanitarios del SNSS y municipales, son medidas claves para garantizar justicia sanitaria.

La salud debe ser reconocida como un derecho fundamental y abordada como política de Estado, más allá de coyunturas partidarias. Un sistema centrado en la persona, basado en la prevención y en la gestión eficiente de recursos, es esencial para garantizar el bienestar de la población.




Rafael Caviedes Duprà                                              Jaime Calderón Riveros
Master Economía U. Navarra                          Ingeniero Comercial (Fen U. de Chile)





Artículo publicado en El Libero el domingo 19 de octubre del 2025 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Los nudos de la salud en Chile

Por Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial (FEN – Universidad de Chile)

La situación del sistema de salud en Chile es dramática. Millones de pacientes se encuentran en listas de espera, miles de cirugías han sido postergadas, y más de quince mil personas con cáncer ven sus tratamientos dilatados. Esto, a pesar de que el gasto público en salud se ha duplicado en términos reales durante la última década, según datos de la Dirección de Presupuestos.

El sistema enfrenta un colapso funcional que el próximo gobierno deberá abordar con urgencia y decisión. Hay cinco grandes nudos que deben resolverse para modernizar la salud pública y orientarla hacia el ciudadano.


1. El paciente en el centro del sistema

Toda política pública en salud debe tener como eje al paciente, quien debe poder elegir libremente el seguro en el que desea atenderse. Sin embargo, esta visión choca con una concepción antigua que promueve el monopolio del Estado en la atención, limitando la libertad de elección y, en muchos casos, provocando un uso ineficiente de los recursos.


2. Modernización del Estado en salud

Modernizar el Estado ha sido una consigna repetida pero poco ejecutada, especialmente en el sector salud, donde los gremios ejercen una fuerte resistencia. Esta transformación tiene varias dimensiones:
  • Visión interdisciplinaria: La salud no es solo medicina, sino también prevención, gestión, tecnología y planificación. Se requiere una autoridad sanitaria con una mirada amplia, apoyada por un comité consultivo de expertos en medicina, epidemiología, enfermería, economía, arquitectura hospitalaria e ingeniería (faltan los Edgardo Boeninger, Carlos Massad, Ricardo Lagos en salud)
  • Transformación digital: Es urgente implementar una ficha clínica única, universal y digital; un sistema de control transparente de listas de espera; y una plataforma electrónica independiente para las licencias médicas. Este ambicioso proyecto debe desarrollarse mediante concesiones que incorporen inversión privada.
  • Reorganización institucional: El Ministerio de Salud necesita una estructura moderna, con vicepresidencias ejecutivas especializadas en áreas clave como prevención, desarrollo de enfermedades, arquitectura sanitaria y gestión hospitalaria. Los hospitales deben operar como unidades económicas con directorios corporativos y gerencias profesionales, orientadas a la productividad y eficiencia.
  • Formación y distribución de capital humano: La capacitación en nuevas tecnologías y ciencias de la salud, así como la gestión de campus clínicos, debe ser una política de Estado desarrollada en conjunto con las Facultades de Medicina. Las sociedades científicas deben enfocarse en su rol académico y evitar vínculos económicos con proveedores.
Lamentablemente, soy escéptico respecto a los avances en esta área, considerando experiencias pasadas como los diez años que tardó la implementación de la tabla única de factores tras el fallo del Tribunal Constitucional en 2010, o la resistencia gremial al “Informe Caldera” del exministro Carlos Massad que modernizaba el sector. Más recientemente, el Colegio Médico se opuso a la fiscalización poco antes de revelarse un millonario fraude por parte de la Contraloría.


3. Prevención como pilar del sistema

Es imperativo desarrollar un gran plan nacional preventivo en salud, que articule la red hospitalaria, los CESFAM y las mutualidades. Debemos tomar el ejemplo de culturas milenarias como la china, que enseñan a “actuar antes de que la enfermedad aparezca”. Exámenes como diagnóstico por imágenes, mamografías, colonoscopias y ecografías deben estar integrados al sistema de manera sistemática. Problemas como la obesidad infantil, el alcoholismo juvenil, la salud bucal y la salud mental requieren una estrategia estructural y preventiva ¿Es el servicio militar social remunerado una herramienta del Estado para enfrentar el grave problema de la drogadicción y alcoholismo juvenil?


4. Protección al personal de salud

El personal sanitario merece seguridad laboral y una carrera funcionaria clara. Se necesita con urgencia un Estatuto de los Trabajadores de la Salud que garantice derechos, estabilidad e incentivos para el desarrollo profesional, fortaleciendo así uno de los pilares del sistema.


5. Seguro catastrófico obligatorio

Finalmente, se debe establecer un seguro único catastrófico obligatorio que proteja a las familias ante enfermedades de alto costo, que muchas veces significan la ruina económica tras una vida de trabajo. Esta medida, enmarcada en los principios de la seguridad social, debe basarse en la solidaridad más que en la confrontación o en las protestas, por más justificadas que sean.


El sistema de salud es complejo, diverso y profundamente humano. Afecta directamente la vida de las personas y, por tanto, debe ser tratado con altura de miras. Resulta inaceptable que, en pleno siglo XXI, no sepamos con certeza cuántos pacientes esperan atención, que las licencias médicas estén sumidas en el desorden y fraude, o que se use la salud como trampolín político.

Es hora de actuar con generosidad, visión de futuro y responsabilidad. La salud de Chile no puede seguir esperando.



Santiago, setiembre 24, 2025



Artículo publicado en El Libero el domingo 28 de setiembre del 2025
Link Los nudos de la salud en Chile - El Líbero

lunes, 4 de agosto de 2025

Concesiones en Salud: El Rol de la Ingeniería en la Modernización del Estado

Jaime Calderón Riveros (Ingeniero Comercial Fen U de Chile)
Santiago, agosto 4, 2025


El sistema de concesiones ha sido un motor clave en la modernización de Chile, permitiendo el desarrollo de infraestructura estratégica en diversas áreas como autopistas, puertos, cárceles, salud. Esta política pública comenzó en 1993, bajo la gestión del entonces ministro de Obras Públicas Ricardo Lagos Escobar, y alcanzó su mayor impulso durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994–2000). A través de este modelo, el Estado licita a privados la construcción, operación y mantenimiento de obras públicas a cambio de una tarifa, todo en el marco de contratos de largo plazo.

Este sistema ha permitido implementar soluciones eficientes en contextos donde el Estado no dispone de los recursos suficientes para ejecutar proyectos directamente. Basta imaginar el impacto que habría tenido el crecimiento del parque automotor sin la red de autopistas urbanas concesionadas. Entre 1993 y 2022, se adjudicaron más de 100 contratos por un total de 27 mil millones de dólares, de los cuales el 75% se destinó a autopistas, y solo un 10% al ámbito hospitalario. Para el período 2024–2028, el Ministerio de Obras Públicas proyecta licitar 24 nuevos proyectos por un valor estimado de 17,6 mil millones de dólares. Hoy, el sistema de concesiones representa el 0,3% del PIB, incentivando fuertemente la inversión privada.


Concesiones en Salud: Un Aporte Decisivo

La incorporación del modelo de concesiones al sector salud ha sido más compleja y controversial. Un ejemplo paradigmático es el Hospital del Salvador, cuya concesión estuvo lista para firmarse al final del gobierno de Ricardo Lagos, pero fue detenida por la administración siguiente debido a la presión de gremios del sector y razones ideológicas. Este retraso implicó más de una década de demora; actualmente, se espera que el hospital entre en funcionamiento recién en 2026.

En 2009, se lanzó un ambicioso plan de concesiones hospitalarias por U$ 900 millones de dólares, incluyendo al Hospital del Salvador, el Hospital Sótero del Río y el Hospital Félix Bulnes. Desde entonces, se han sumado nuevos proyectos, y hoy existen 18 hospitales concesionados en ejecución, los cuales representan aproximadamente el 10% de las camas del sistema hospitalario nacional.

Según informes del Ministerio de Salud y del Ministerio de Obras Públicas, estos hospitales han costado hasta un 30% menos que los construidos mediante métodos tradicionales. Por ejemplo, el Hospital de Maipú tuvo un costo de 46,1 UF/m² y el del Salvador, 40 UF/m², comparado con los 58,5 UF/m² de construcciones públicas convencionales. Asimismo, presentan un 13% de menores costos totales y un 12% de reducción en los tiempos de ejecución.

A pesar de estos beneficios, el 80% de los proyectos ha sufrido retrasos, principalmente por problemas de diseño y coordinación entre el MINSAL y el MOP.


Desafíos y Mejora del Sistema de Concesiones en Salud

El principal desafío es comprender que la salud pública es un ámbito multidisciplinario. A menudo se confunde con la medicina —enfocada en sanar—, pero la salud es mucho más: implica el equilibrio orgánico y la prevención, y requiere la participación de médicos, enfermeras, arquitectos, ingenieros, economistas y otros profesionales. Esta diversidad de actores es una de las causas de la descoordinación institucional que afecta los proyectos concesionados.

Además, existe una resistencia histórica por parte de los gremios de la salud. Algunos sectores, inspirados en la escuela de salubridad pública de los años 50, consideran que el Estado debe no solo financiar, sino también proveer directamente los servicios. Desde esta perspectiva, se cuestiona que el paciente pueda elegir libremente a qué sistema de salud afiliarse, limitando la apertura a modelos mixtos.

Otro punto crítico es la falta de coordinación técnica. Las especificaciones para el equipamiento médico —a menudo copiadas de catálogos sin mayor análisis— generan sobrecostos y distorsiones. No es raro encontrar equipos de alto valor almacenados durante años en bodegas hospitalarias porque no se consideró su instalación, operación o mantención. Aquí, el rol de la ingeniería y la arquitectura hospitalaria es fundamental, no solo en el diseño físico, sino en la planificación estratégica de la red asistencial.


Hacia Nuevas Concesiones en Salud: Un Proyecto Informático Nacional

En pleno siglo XXI, resulta inaceptable que Chile no cuente con una base de datos precisa de pacientes en listas de espera. Casos como el fraude en licencias médicas o la falta de una ficha médica electrónica universal exponen un sistema que requiere urgente modernización.

Proponemos un proyecto informático nacional que digitalice y conecte todos los niveles del sistema de salud, integrando exámenes, diagnósticos e historiales clínicos en una sola plataforma interoperable. Este proyecto —el más ambicioso en décadas— podría ser desarrollado mediante concesiones, incorporando inversión privada y gestión eficiente.


Conclusión

El sistema de concesiones ha demostrado ser una herramienta efectiva para la modernización del país, y su aplicación al ámbito de la salud no debería ser la excepción. Si se superan las resistencias ideológicas y se mejora la coordinación interinstitucional, el potencial transformador de este modelo podría entregar un sistema de salud más eficiente, moderno y justo para todos los chilenos. La ingeniería, como disciplina integradora y resolutiva, tiene aquí un rol protagónico en el diseño del futuro.


Fuentes:
  • CPI: Cuenta Pública 2005–2022
  • Dirección General de Concesiones (COPSA): Informes Oficiales 1993–2002
  • Proyección cartera MOP 2024–2028 (Biblioteca)
  • Ministerio de Salud

Artículo publicado el El Libero el 27 de agosto de 2025
Link Concesiones en salud: ingeniería y modernización del Estado - El Líbero

viernes, 25 de julio de 2025

El Láser en Dermatología: Tecnología, Mercado y Consideraciones para su Elección

Por Jaime Calderón Riveros


Panorama del Mercado Global

Se estima que para el año 2024 el mercado de los láseres dermatológicos se moverá entre los US$ 3.500 millones y US$ 4.200 millones, con un crecimiento sostenido proyectado para los próximos años. El grupo Cynosure-Lutronic lidera actualmente el sector, con ventas cercanas a los US$600-U$ 800 millones, seguido por Candela, Lumenis y Cutera, cuyas ventas oscilan entre US$ 400 y US$ 800 millones.

Fabricantes como Alma Laser y Fotona manejan cifras anuales entre US$ 100 y US$ 400 millones. Por su parte, el mercado chino se estima en US$ 800 millones y se proyecta que alcanzará los US$ 2.100 millones en 2030, impulsado por una fuerte industrialización local.


Principales Fabricantes y Tecnologías

1. Cynosure-Lutronic (EE.UU.)

Tras la adquisición de Lutronic, Cynosure consolidó su liderazgo. Entre sus principales equipos destacan:
  • PicoSure: único láser dermatológico de picosegundo con tecnología Alexandrita 755 nm. Su lente fraccional no ablativa Focus está aprobada por la FDA para tratar pigmentaciones, arrugas y cicatrices de acné. Su eficacia en tatuajes se debe a su múltiple longitud de onda (532 nm, 755 nm, etc.).
  • Elite+: combina Alexandrita 755 nm y Nd:YAG 1064 nm para depilación, lesiones vasculares y foto-rejuvenecimiento.
  • eCO2 (Lutronic): láser fraccional ablativo de CO2 para cicatrices, rejuvenecimiento y léntigos.
  • Icon (Palomar): plataforma que incluye láser no ablativo de 1540 nm, Nd:YAG 1064, láser Er:YAG 2940 nm y diversos módulos IPL. Palomar fue pionero en el desarrollo del IPL.
  • Hollywood Spectra: láser Q-Switched de 532/1064 nm, muy popular en redes sociales por su efecto inmediato. Se usa en melasma, tatuajes y rejuvenecimiento.
  • Revlite (Cynosure/Hoya ConBio): láser Q-Switched con tecnología PTP, el más citado la literatura médica. Opcionalmente, se le agregan piezas Dye 585 y 650 nm.

2. Lumenis (Israel)

Lumenis, reconocido por su innovación (incorporó la línea Sharplan, pioneros en CO2):
  • Stellar M22: plataforma con cuatro tecnologías (IPL, láser no ablativo 1565 nm, Nd:YAG 1064, Q-Switched) para tratar desde tatuajes hasta estrías.
  • LightSheer (Duet, Quattro): sistemas de depilación con longitudes de onda de 805 y 1060 nm para grandes áreas y distintos fototipos.
  • UltraPulse Alpha: láser de CO2 fraccional ablativo, considerado el estándar en su categoría, aunque con un alto costo.

3. Candela (EE.UU.)

Candela es líder en tratamientos vasculares:
  • GentleMax Pro: combinación de Alexandrita 755 nm y Nd:YAG 1064 nm para depilación, pigmentaciones y lesiones vasculares.
  • Vbeam / Perfecta / Vbeam Prima: láser de colorante pulsado 595 nm ideal para rosácea, telangiectasias y marcas vasculares.
  • PicoWay: láser de picosegundo con longitudes de 532, 730, 785 y 1064 nm (sin Alexandrita 755 nm).

4. Alma Laser (Israel)

Destacado por sus sistemas de depilación y su presencia comercial en Chile.
  • Soprano ICE/Platinum: tecnología SHR para depilación con longitudes combinadas (755/810/1064 nm).
  • Plataforma Harmony PRO: incluye múltiples tecnologías como Q-Switched Nd:YAG, láser fraccional Er:YAG, láser no ablativo 1540 nm, IPL y diodo 520 nm.

5. Deka (Italia)

Es parte del grupo industrial El.En de Florencia, Italia.
  • SmartXide DOT/TRIO: láser de CO2 con tecnología DOT, y en su versión TRIO incorpora radiofrecuencia.

6. Cutera (EE.UU.)

Empresa que cotiza en la Bolsa con fuerte enfoque en dermatología:
  • Excel HR: láser dual (Alexandrita 755 nm + Nd:YAG 1064 nm) para depilación, pigmentaciones y vasculares.

7. Fotona (Eslovenia)

Famosa por su fuerte inversión en I y D con varios Ph en láser que incorporan innovación en estética, odontología y ginecología:
  • TimeWalker 4D: tecnología Er:YAG no ablativa para rejuvenecimiento facial, pigmentaciones y líneas finas.

8. Sciton (EE.UU.)

Empresa de California con fuerte I+D y equipos durables:
  • Plataforma Joule/JouleX: sistema modular con hasta 10 aplicaciones clínicas, desde CO2, BBL, peelings hasta tratamientos vasculares.

9. Tecnología China

Con más de una decena de fabricantes confiables (ej. ApoloMed), ofrecen:
  • Láseres CO2 con tubo cerámico (mayor duración)
  • IPL con RF con excelentes resultados con notable economía de costos.
  • Nd:YAG 532/1064 nm y láseres de picosegundo
  • Equipos de menor costo con resultados clínicos similares a los occidentales en aplicaciones básicas

Cómo Elegir la Tecnología Adecuada

Se deben considerar tres variables clave:
  • Patologías para tratar: ¿Melasma, cicatrices, rejuvenecimiento, acné, tatuajes, lesiones vasculares? Definir claramente que patologías se quieren abordar.
  • Tamaño y tipo de institución: Consulta pequeña, centro estético o hospital de alta complejidad. Es básico entender esto.
  • Respaldo tecnológico y experiencia comprobada (internacional y local).

Recomendaciones Prácticas por Tecnología
  • CO2 fraccional: Para rejuvenecimiento y léntigos. Recomendamos equipos económicos con tubo cerámico como el HS-811 de ApoloMed. Si se desea invertir más, considerar Lutronic CO2e o Deka SmartXide. Para aplicaciones de microcirugía o grandes centros hospitalarios que tengan presupuesto, el CO2 Ultrapulso.
  • 532/1064 nm: Para melasma, pigmentaciones y tatuajes. El Revlite de Cynosure sigue siendo líder confiable. Alternativa: Hollywood Spectra.
  • 755/1064 nm: Efectivo en depilación, pigmentaciones y lesiones vasculares. Candela GentleMax Pro y Cynosure Elite son líderes.
  • Picosegundo: El Picosure (único con 755 nm Alexandrita) sigue siendo el más efectivo. De lo contrario se recomiendan alternativas chinas que ofrecen buena relación precio/calidad.
  • IPL: Alma Soprano es confiable pero costoso. El modelo HS-665 ApoloMed ofrece mismos resultados a menor precio.
  • Plataformas combinadas: Icon de Palomar y Stellar M22 de Lumenis son destacables y confiables El nuevo Sciton Joule ofrece buena innovación, aunque su futuro no se conoce por posibles fusiones. Demasiadas tecnologías en un equipo, a veces es problemático y no siempre han sido exitosas.


Aspectos Éticos y de Gestión

La decisión de invertir en tecnología médica debe considerar factores técnicos y éticos:
  • Objetivo claro: ¿Qué patologías queremos abordar realmente?
  • Evitar conflictos de interés: Patrocinios, comodatos y precios inflados en insumos para que los pacientes financien los equipos deben ser transparentes y regulados.
  • Falta de formación técnica en compras públicas: urge integrar ingenieros biomédicos e ingenieros técnicos en procesos decisionales, no relegarlos a los subterráneos de los hospitales.
  • Propuesta práctica: Reuniones abiertas con 3–4 proveedores principales, usuario final y gerencia, con presentaciones simultáneas, breves pero informadas.


Conclusión

La tecnología láser en dermatología ha avanzado notablemente, pero su correcta incorporación requiere una mirada técnica, ética y estratégica. En Chile, contamos con proveedores confiables como Torregal que ha trabajado muy bien la línea Alma Laser, MCI Spa que introdujo la tecnología israelí en láser de CO2, la cirugía refractiva (Lasik), el primer proyecto público en retinopatía diabética entre otros. Otros proveedores como ATM surgieron de levantar líneas a MCI (Tecnolaser en ese tiempo) e IMV hizo lo mismo con ATM. El libre emprendimiento, la competencia y la honradez y ética son pilares de una economía de mercado. El problema de la globalización con compras y recompras de empresas es otro problema. En mi opinión, se deberían promover holding de servicios para mejorar la atención técnica y evitar la atomización. En relación con la tecnología china se aconseja comprar a fabricantes y no intermediarios que envían equipos sin ningún registro, número serie, año fabricación. Esto debería ser detenido por las aduanas. El asesor tecnológico en salud a nivel de directorio es un aporte trascendente en las organizaciones de salud modernas.

Mejorar la salud en Chile es tarea de todos.



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Santiago, julio 25, 2025



lunes, 21 de julio de 2025

Del legado del Dr. Monckeberg al colapso del sistema: La urgente necesidad de un acuerdo nacional en salud

Por Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial (FEN U. de Chile)

Santiago, 21 de julio de 2025


En la década de 1970, Chile enfrentaba una crisis sanitaria alarmante: la desnutrición infantil afectaba al 70% de los niños y la esperanza de vida apenas superaba los 39 años. En ese sombrío panorama, emergió una figura clave: el Dr. Fernando Monckeberg Barros. Su enfoque multidisciplinario, basado en la prevención y la atención primaria, transformó radicalmente la salud pública del país.

“Fue producto de las circunstancias”, dijo alguna vez. Pero su labor estuvo lejos de ser casual. Monckeberg promovió políticas públicas integrales que incluyeron acceso a agua potable, saneamiento, vacunación, control del niño sano y fortalecimiento de la atención primaria. En 1975 fundó el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), entendiendo que la desnutrición era más que falta de comida: era un síntoma del subdesarrollo.

Un año después creó la Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN), que no solo proporcionaba alimentación, sino también estimulación afectiva y apoyo integral a niños con desnutrición severa. El impacto fue profundo: la tasa de desnutrición infantil cayó de 200 por mil a solo 7 por mil. Se trata de uno de los casos más exitosos de políticas de salud pública en América Latina.


Del hambre a la obesidad: la nueva pandemia invisible

Hoy, sin embargo, el país enfrenta un desafío opuesto, pero igual de preocupante: la obesidad infantil. El Dr. Fernando Vio del Río la ha definido como “la pandemia invisible”, por su avance silencioso pero devastador. Esta condición, vinculada a enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y problemas de salud mental, amenaza con triplicar el gasto público en los próximos años.

A ello se suma el alarmante aumento del consumo de alcohol en jóvenes: según SENDA, el 53% de los estudiantes que bebe se embriagó al menos una vez en el último mes, lo que a su vez facilita el uso de drogas como marihuana y pasta base.

La salud mental también está en crisis: un 24,6% de los chilenos sufre trastornos como ansiedad o depresión, según estudios de la UC y la Asociación Chilena de Seguridad. Y en salud bucal, el panorama no mejora: el 62% de la población considera su salud dental como regular o mala.


Un sistema al borde del colapso

Todo esto ocurre en un sistema de salud tensionado al máximo. Las listas de espera alcanzan cifras dramáticas, con millones de pacientes sin atención oportuna. Más de 15.000 personas con cáncer no han recibido tratamiento a tiempo. El retraso en cirugías es generalizado.

Y aunque el gasto público en salud ha crecido un 79% en la última década —con un récord histórico de un billón de pesos en 2024, según la DIPRES—, esa inversión no ha traído mejoras proporcionales en calidad o cobertura. El sistema parece haber llegado a un punto de inflexión.


¿Cómo avanzar hacia una solución real?

La respuesta no es sencilla. Durante décadas, Chile ha improvisado en salud pública. Las soluciones han sido parches, atrapadas entre ideologías, gremios politizados y una academia que no ha incorporado adecuadamente los avances tecnológicos, administrativos de la economía moderna.

Además, decisiones judiciales como la controvertida resolución de la Tercera Sala de la Corte Suprema —alertada por el Observatorio Judicial— han generado una profunda incertidumbre jurídica, afectando la inversión privada, que ha sido un pilar importante del sistema. Ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo mostraron el liderazgo necesario para corregir esta situación.

Frente a este panorama, proponemos cuatro pilares para una reforma real:

1. El paciente al centro
Toda política debe girar en torno al paciente. Debe poder elegir libremente entre seguros públicos o privados. Como decía pragmáticamente Deng Xiaoping: “No importa el color del gato, sino que cace ratones”.
 
2. Modernizar el Estado
Es necesario reformar profundamente el Ministerio de Salud, con liderazgo técnico y político. Se requieren hospitales con directorios profesionales, red hospitalaria modernizada vía concesiones, fichas clínicas universales, y un sistema digital robusto para licencias médicas electrónicas, y gestión sanitaria.

3. Invertir en prevención
La clave está en focalizar el gasto en programas preventivos con herramientas modernas como diagnóstico por imágenes, mamografías, colonoscopias y medicina familiar. Es urgente crear un Sistema Nacional Preventivo de Salud, coordinado por la red hospitalaria, los CESFAM y las mutualidades. Medicina familiar y planes de alfabetización sanitaria son esenciales para avanzar en salud.

4. Un seguro catastrófico universal y protección al personal de salud
Debemos establecer un seguro catastrófico que proteja a los ciudadanos ante enfermedades graves. Además, urge crear un Estatuto del Trabajador de la Salud que garantice carrera funcionaria y protección ante agresiones.


Hacia un gran acuerdo nacional en salud

Chile necesita una política de salud de Estado, no de gobierno. Una visión a largo plazo, justa, centrada en las personas, sin discriminación ni burocracia paralizante. Un pacto transversal que integre a médicos, enfermeras, matronas, ingenieros, arquitectos, economistas… y, por supuesto, a los pacientes.

Nos hacen falta figuras con liderazgo técnico y político, como Edgardo Boeninger, Carlos Massad, Ricardo Lagos, Fernando Monckeberg o Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Más que expertos, necesitamos coraje político.

Como dijo un pensador: “Todo fue dicho ya. Pero como nadie escucha, hay que empezar de nuevo”. Es hora de escuchar y actuar. Chile no puede seguir esperando.


Artículo publicado en El Libero el 10 de agosto de 2025

lunes, 7 de julio de 2025

Salud: el gran desafío del próximo gobierno

En Chile, parece que el drama de la salud pública ha dejado de conmovernos. La reciente fallida licitación de los seguros complementarios de Fonasa es solo una muestra más de una crisis estructural que, lejos de solucionarse, se agrava por decisiones erráticas y falta de liderazgo político.

El programa de gobierno actual propuso un seguro único, relegando a los seguros privados a un rol secundario. Sin embargo, la inconstitucional resolución de la Tercera Sala de la Corte Suprema generó una crisis mayor. La reacción del Ejecutivo, al interpretar el fallo como una deuda inexistente del sistema privado, generó una incerteza jurídica que ha puesto en jaque la inversión y el funcionamiento del sistema de salud completo. Más allá de las posturas ideológicas, este episodio representó una falta grave de conducción política y de respeto por los principios democráticos, como lo advirtió oportunamente el Observatorio Judicial.

Como país, seguimos fallando en lo más básico: diagnosticar correctamente el problema. Todos coincidimos en que el paciente debe tener acceso igualitario y oportuno a la atención médica. Sin embargo, el sistema mixto que hoy existe, con una alta inversión privada (que atiende cerca del 50% de las consultas), coexiste con una infraestructura pública muchas veces subutilizada. Según la Comisión Nacional de Productividad, aumentar los horarios de pabellón podría elevar la productividad hasta un 47%, lo que impactaría directamente en las listas de espera.

El verdadero problema es de gestión y visión. Nuestro sistema de salud parece atrapado en una lógica obsoleta, anclada en una escuela de salud pública que no ha sabido adaptarse ni a la tecnología ni a los modelos modernos de gestión. Un ejemplo paradigmático: los hospitales públicos no cuentan con directorios ni gerencias, a pesar del enorme presupuesto que administran.

Además, se avecina un cambio demográfico profundo. Hacia el año 2050, se proyecta que uno de cada cuatro chilenos tendrá más de 65 años, lo que modificará completamente el perfil epidemiológico del país. ¿Estamos preparados para eso?

He planteado en múltiples columnas, muchas veces como voz solitaria por no pertenecer a partidos ni grupos de poder, algunos ejes básicos para avanzar hacia un sistema más eficiente, moderno y humano:

1. El paciente al centro
Debe poder elegir libremente a qué sistema pertenecer, público o privado, con un subsidio estatal directo que acompañe esa decisión. Así se promueve la competencia y se optimiza el uso de recursos. No podemos repetir casos como el del menor de San Antonio, que no fue derivado por razones ideológicas.

2. Modernización del Estado
Urge una transformación digital completa: ficha médica única, control centralizado y transparente de listas de espera, un sistema independiente de licencias médicas. Se debe concesionar la red hospitalaria, dotar a los hospitales de directorios y gerencias, y reformular la estructura del Ministerio de Salud con instancias ejecutivas y un consejo consultivo multidisciplinario.

3. Prevención en serio
Un plan nacional de salud preventiva que incluya a Cesfam, mutualidades y hospitales, incorporando tecnologías como diagnóstico por imágenes ecografías, mamografías, colonoscopias entre otras. Urge enfrentar problemas graves como la obesidad infantil, el alcoholismo juvenil y los trastornos de salud mental. También se requiere alfabetización sanitaria y educación nutricional desde la escuela.

4. Seguro catastrófico universal
Debe cubrir enfermedades de alto costo y riesgo, con un Estatuto para los Trabajadores de la Salud que dignifique su carrera y los proteja frente a agresiones.

No podemos seguir postergando los graves problemas de salud en Chile. El próximo gobierno tendrá la responsabilidad histórica de enfrentar con decisión, gestión y humanidad una de las mayores deudas sociales del país. La salud no puede seguir siendo un campo de disputas ideológicas: es un derecho esencial y un bien público que debemos cuidar con visión, evidencia y compromiso.



Jaime Calderón Riveros
Ingeniero Comercial (Fen U Chile)

Santiago, 7 de julio de 2025



Artículo publicado en El Libero el 7 de julio de 2025
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