La pandemia actual es una oportunidad para reflexionar sobre lo la fragilidad del hombre frente a la vida y
lo verdaderamente importante, para reflexionar sobre el modelo de sociedad que queremos
construir y lo que hemos hecho y si lo hemos hecho bien y, en el campo de la
salud, reflexionar sobre el modelo que
queremos para Chile, en los principios de la Seguridad Social,de acuerdo a la
Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: “Toda persona
tiene derecho a un nivel de vida que le asegure, así como a su familia, salud y
bienestar, incluyendo asistencia médica y derechos a seguros en caso de
enfermedad, viudez y vejez” .
La Constitución es una declaración general del modelo de
sociedad que queremos vivir y es un conjunto de normas jurídicas que relacionan
el Estado con los ciudadanos fijando los límites de los poderes ejecutivos,
legislativo y judicial, estableciendo la defensa de la nación y libertad de sus
habitantes. La Constitución es “esencia”
es decir las reglas elementales en que una sociedad define como vivir y es un
pacto político social o “Carta Magna”. Un ejemplo para establecer reglas
simples es el preámbulo de la Constitución de Estados Unidos: “Nosotros, el
Pueblo de Estados Unidos, a fin de formar una unión más perfecta, establecer
justicia, asegurar la tranquilidad interior, proveer la defensa común, promover
el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y nuestros descendientes
los beneficios de la libertad proclamamos e instituimos esta Constitución para
los Estados Unidos de América”. Obviamente hay muchos tipos de constituciones
de acuerdo a cada nación.
Los derechos constitucionales de la salud en Chile
están definidos en el Capítulo III de los “Deberes y Derechos Constitucionales”,
el artículo No. 19° el artículo 1
establece “el derecho a la vida y la integridad física de la persona y la vida
del que está por nacer” y el artículo 9° establece “El Derecho a la Protección
de la Salud” .“Es deber
preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que
se presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y
condiciones que determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias.
Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee
acogerse, sea éste estatal o privado”.
En América Latina
todas las constituciones establecen el “Derecho a la Salud” y en un trabajo del Colegio Médico sobre “Salud y Constitución”
resume los principales derechos en diversos países de la Región: “se garantiza
a todos sus habitantes el acceso a la salud en sus aspectos preventivos,
asistenciales y terapéuticos” (Argentina), “ la atención en salud y saneamiento ambiental
son servicios públicos a cargo del Estado” (Colombia), “La Salud es un derecho
que garantiza el Estado” (Ecuador), “La Salud es un derecho fundamental,
obligación del Estado, que lo garantizará como parte al derecho a la vida”
(Venezuela).
¿Es la Constitución
la herramienta con la cual se va a garantizar un acceso oportuno, asequible e
igualitario a la salud como lo establece la Carta de las Naciones Unidas? Objetivamente
no y esta pandemia desnuda los enormes dificultades del sector. En Chile mueren
entre 8 a 10 mil personas en las listas de espera esperando una consulta o una
cirugía y alrededor del 75% de la población, cautiva por el Estado, tiene una
deplorable atención en salud. El informe de Productividad Hospitalaria refleja
la realidad del sector. Llevamos años
planteando reformas al Fonasa, comisiones de expertos, aumento constante del
gasto en salud y los resultados son los mismos: alta deuda hospitalaria, listas
de espera, falta de especialistas entre otros. Hay una crisis estructural del
sector y tenemos una oportunidad de avanzar.
En mi opinión,
la Constitución debe establecer sólo tres reglas generales: Primero, la salud
es un derecho de todos los habitantes de Chile para tener un acceso oportuno e
igualitario a los servicios de salud. Segundo: es el Estado el responsable de
establecer políticas públicas mediante la ley creando un “Servicio Nacional de
Salud Único de Chile” orientando los recursos públicos fundamentalmente al
sector primario con políticas preventivas y estableciendo normas claras para
los seguros públicos y privados que garantices a sus habitantes un igualitario
acceso a la salud. Tercero, son los pacientes el centro de atención y toda
acción, con una Red Pública y Privada con objetivos claros y metas concretas de
salubridad pública, que debe tener como eje esencial a este (el paciente) en el
centro de toda política del sector.
El heroico
trabajo de los trabajadores de la salud en enfrentar la pandemia son un ejemplo
de servicio público que nos debe hacer reflexionar y buscar consensos en
enfrentar los graves problemas de la salud en Chile para que la letra se
traduzca en políticas públicas concretas.
Debemos abandonar nuestras pequeñeces y trabajar en un bien común. En mi
opinión, en esta época de la tecnología y la robótica, de la computación y la
nanotecnología no podemos seguir “anclados” en los principios de la salubridad
pública de los 50´s sin visualizar las enfermedades de los próximos años y
modernizar nuestro sector público en salud. Ejes de una política pública en
salud son un Sistema Nacional de Salud
Único que regule los sectores público y privado, modernizar el sector público con un Ministerio con Vicepresidencias
Ejecutivas y Hospitales Públicos con Directorios y Gerentes con metas de
productividad, haciendo participar a los trabajadores en los resultados, una ficha única universal para cada paciente
interconectando los sectores públicos y privados en que se facilite la telemedicina, focalizar el gasto público a la prevención que enfrente los problemas graves de la
salubridad pública como el alcoholismo, la drogadicción, la obesidad, la salud
mental con metras concretas trianuales, quinquenales mediante Centros de
Referencia públicos y privados que enfrenten los problemas primarios y después
deriven al sector hospitalario, incluyendo la medicina familiar, libertad de elección del paciente para
que elija libremente el prestador focalizando subsidios directos a los
pacientes de menores recursos (eje central de una política de salud), un plan garantizado mínimo financiado
con recursos del Gobierno Central y un seguro
catastrófico universal obligatorio para enfermedades de alto costo, uso de
la tecnología estableciendo
incentivos en los exámenes preventivos (ecotomografías, colonoscopías, exámenes
de imágenes entre otros) con el objeto de detectar precozmente enfermedades, un
acuerdo público/privado en la
inversión en infraestructura y equipamiento hospitalario y un Estatuto de los Trabajadores con
incentivos de seguridad, productividad y protección de su trabajo.
Ing. Jaime Calderón Riveros
Santiago, abril 30, 2020
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