Estamos en el marco de
una gran convulsión social que afecta los cimientos de la sociedad chilena
donde la salud, por años no han sido atendido sus requerimientos, tema
planteado desde fines de los 90´s. Como la salud afecta lo más esencial del ser
humano, la vida misma, es difícil plantear y consensuar acuerdos de beneficio
de todos. Son innumerables los intereses en el sector. El presupuesto de salud
se incrementa año a año en términos reales y los problemas continúan igual para
los más desposeídos : listas de espera donde mueren chilenos esperando ser
atendidos por una cirugía, falta de especialistas, falta de recursos e insumos
hospitalarios, crecimiento de la deuda hospitalaria y un enorme sobre gasto en
salud. Gran parte de responsabilidad la tiene en poderoso gremio de la salud que
no permite avanzar imponiendo visiones particulares, mucha improvisación y
exceso de dogmatismo donde los más perjudicados son los más pobres y los
diversos Gobiernos con políticas de corto plazo, puntuales y sin una visión de
país.
Con el objeto de poder
avanzar racionalmente hacia una salud oportuna e igualitaria para todos,
planteo ejes de desarrollo que permitan mejorar el sector.
No podemos enfrentar
las enfermedades de los próximos veinte o treinta años con la misma
infraestructura pública de los cincuenta, con hospitales sin incentivos ni
Gerentes, con un Ministerio si una estructura orgánica que no está de acuerdo a
los tiempos actuales. Una tarea urgente es la modernización del sector público con un Ministerio con
Vicepresidencias Ejecutivas (Salubridad Pública, Infraestructura Hospitalaria,
Recursos Humanos, Tecnología entre otros), Hospitales con Directorios y
Gerentes con índices de productividad incorporando a la “comunidad viva” (“mi
hospital”) donde hay un enorme potencial humano y de financiamiento en
instituciones de beneficencia, resulta sustantivo para enfrentar las enfermedades del
futuro. Como ejemplo menciono que La Comisión Nacional de Productividad hizo un
estudio donde con solo aumentar la
cirugías de tres a cuatro diarias en los quirófanos públicos el tiempo de
espera se reduce en un 20%. Es una demostración que gran parte del problema de
la salud pública es de gestión. La Contraloría de la República ha hablado sobre
el cumplimiento de horarios de los contratos médicos, las licencias del sector que
están sobre el promedio nacional, entre otros.
Otro problema serio
que hay en Chile es el costo de los
remedios en Chile y agregaría el costo de los insumos y equipamiento hospitalario, donde están involucrados los
Laboratorio e industria de la salud. En
la estructura orgánica del Ministerio de Salud existe la Central de
Abastecimiento que es el organismo público encargado de las compras públicas de
remedios para el sector. Una forma de enfrentar el costo de los remedios es
aumentar la oferta con el objeto de bajar los precios y por intermedio de esta
Central de Compras puede ser un mecanismo eficiente estableciendo mecanismos de
distribución por intermedio de Municipalidades, los mismos hospitales con sus
unidades de farmacia, en un conjunto de remedios de mayor demanda y costo. Se puede avanzar a un sistema digital en esta
materia que permita la compra de remedios por internet mediante firma digital. Debo
agregar el enorme sobre gasto del Estado en la compra de insumos e equipamiento
médico, que representa el 40% de un proyecto en salud, por los sistemas de
compra establecidos por intermedio de Chile Compra, que es un organismo
administrativo. Las Bases Técnicas del llamado a Licitaciones por falta de
cultura tecnológica están muy mal determinadas, en razón a que generalmente es
la copia de un catálogo porque un determinado Laboratorio o Industria de la
Salud que financió un Congreso y “compromete” al usuario en su equipamiento. Es
particularmente grave este sistema de comodato donde los pacientes, vía sobre
precio en los insumos que son obligados a comprar, financian el equipamiento.
Como hay un importante programa de infraestructura hospitalaria, este tema
debería ser solucionado con la urgencia necesaria, donde el Estado en la
práctica, compra caro y compra mal, incrementando los costos de la salud (se
estima que hay un sobre gasto en este ítem de alrededor del 30% del costo
real).
En Chile hay una salud
para los pacientes Fonasa que representan alrededor del 80% del total obligados
a atenderse en hospitales públicos sin recursos ni especialistas, largas listas
de espera (según Comisión Ministerial nombrada por Gobierno anterior se estima
alrededor de 20 mil personas que murieron esperando en una lista de espera) y
un sector privado que se atiende mediante un seguro privado (Isapres) que tiene
múltiples prestadores y múltiples planes de atención. Esta inequidad aberrante se soluciona
administrativamente dando libertad de
elección de los pacientes Fonasa,
otorgando subsidios a los más desposeídos mediante una cuenta personal, que con
la tecnología actual, se puede incorporar a la cédula de identidad. Es aquí
donde está la piedra angular de una
real reforma de la salud que es resistida por los gremios de la salud. Es la
forma real de mejorar el acceso a una mejor salud de millones de chilenos.
Otro tema no resuelto
en Chile es el tema de los seguros
privados y los seguros públicos, donde los Tribunales de Justicia resuelven
tema que compete al ámbito administrativo, encareciendo el costo de los
seguros. Hay una importante contribución privada a la salud en Chile que
atiente alrededor de 3,3 millones de pacientes en forma eficiente y oportuna.
Los seguros deben ser universales, sin restricciones, de movilidad total,
competitivos, sin pre-existencias y sin importar si estos son públicos (Fonasa)
o privados (Isapres), individuales. Sólo así hay eficiencia. Los seguros universales,
que políticamente son muy “vendibles”, producen ineficiencia de recursos e
inequidad. ¿El “gordito de las papas fritas” va a tener los mismos derechos que
un ciudadano responsable? Obviamente los seguros, sean públicos o privados, deben establecer un “piso” mínimo garantizado
de atención pero lo esencial, para producir eficiencia, es que sean de libre elección y múltiples, pudiendo
empresas o grupos con intereses comunes
contratar seguros colectivos.
Salud es prevención debe ser el eje de una política de salud
pública en Chile y vemos con enorme tristeza mucho vandalismo en Chile y salud
es un requerimiento sustantivo. Todos sabemos que hay demandas sociales justas
y mucha inequidad en especial en salud. El alcoholismo y la drogadicción son
parte importante en este vandalismo. Según el Servicio Nacional de Prevención y
Drogas (Senda) un de cuatro chilenos ha confesado un episodio alcohólico en los
últimos treinta días y la drogadicción a aumentado del 4% el año 1994 al 14% el
año 2016, constituyendo junto a la obesidad, el VIH y la salud mental los
principales problemas de la salubridad pública en Chile. Con el uso de la
tecnología con exámenes preventivos como mamografías, colonoscopía, tomografía
computarizada, ecotomografía entre otros son esenciales para mejorar los
índices de salud en Chile. Programas como “Elije Vivir Sano”, “Sonrisa Feliz”,
programas materno – infantil, incentivo a la actividad deportiva son
fundamentales en una política pública en salud orientada a fortalecer la salud
primaria.
El seguro universal catastrófico debe ser universal y obligatorio para todos
los chilenos, subsidiando las primas de los más desposeídos orientado a
proteger enfermedades de alto costo que muchas veces terminan en la ruina de
familias completas y es una forma solidaria de enfrentar esta situación.
El Estatuto de los Trabajadores de la Salud debe proteger de las desgraciadas agresiones
que sufren en un trabajo complejo y de alta entrega humana. Una política
pública de salud debe proteger y resguardar sus derechos.
Finalmente debemos
mencionar que debemos consensuar una Política
de Estado en Salud con un criterio de
Estado y de futuro, incorporando los avances
tecnológicos, que se traduzca en una real
salud oportuna, asequible e igualitaria para todos los chilenos. Tenemos
capacidad humana para poder construir un modelo que sea ejemplo para el mundo.
Hagamos el esfuerzo de entendernos y dejemos nuestras pequeñeces que nos
dividen. Debemos elevar el nivel de la discusión para avanzar hacia una salud más
justa para todos.
Ing. Jaime Calderón Riveros
Santiago, octubre 27, 2019