El gasto en salud para el período
2012-2019 ha crecido un promedio del 8.1% real anual que representa el 20,6%
del Gasto Total, muy superior a los países de la OECD. Una serie de informes
reflejan el enorme problema estructural en salud que tenemos en Chile donde las
reformas históricamente se han postergado. Un informe del Observatorio Fiscal
menciona que se pueden producir ahorros entre el 4,5% al 11,6% del presupuesto
general hospitalario solamente mejorando
la eficiencia del gasto, la Comisión de Productividad menciona que con sólo U$
100 millones extras se pueden efectuar 126 mil cirugías más al año sólo si se
optimiza el uso de los pabellones sin necesidad de construir nuevos hospitales.
Nuestro objetivo es tratar el tema en una arista del problema que es la
incorporación de tecnologías que representa alrededor
del 40% del costo en un proyecto en salud que dada la complejidad y
especializado es difícil de abordar racionalmente. Con más de 30 años de
experiencia donde hemos sido capacitados en diversos centros tecnológicos,
Universidades, Congresos y fabricantes en todo el mundo en la introducción de
diversas tecnologías, desde un implante de oído o cadera hasta una Resonancia
Magnética, láser médico y otros creemos tener una experiencia que queremos
compartir, que creo puede ser útil.
El primer problema que se presenta es cómo
elegir una tecnología, cómo determinar que esta está “madura” u oportuna y cómo
elegir el proveedor adecuado (“Who is Who”).Hoy existen los ingenieros
biomédicos con mejor capacitación técnica que son un aporte en racionalizar
este tipo de decisiones en conjunto con ingenieros técnicos, médicos,
enfermeras, tecnólogos, kinesiólogos y profesionales de la salud. Es una
situación compleja que va a demorar años en racionalizar ¿Cómo se hace ahora?
Lo más usual es que después de asistir a un Congreso Internacional un
determinado usuario hospitalario se
“entusiasma” con una determinada tecnología o equipamiento, traspasa la
inquietud a su hospital o clínica, éste copia el catálogo o recomendación,
llama a licitación, se presenta a un Directorio o Licitación y se compra. Así
de simple. Alguien preguntó el mercado y competencia de determinado
equipamiento, la madurez u obsolescencia de la tecnología, la complejidad
técnica y si realmente se
necesita. Es poco usual y son decisiones en muchas oportunidades muy voluntaristas.
Es notable el aporte de la ciencia y la
industria médica a la medicina mundial desde el descubrimiento de los
Rayos X a fines de 1985 por Wilhelm Conrad Röntgen hasta la
Tomografía Computarizada y Resonancia Magnética de hoy con el aporte los Físicos Edward Mills Purcell y Félix Blosch que obtuvieron el Premio Nobel de Física en 1952 es
trascendente. Abert Einstein desarrolló los principios del láser en 1915 y en
1953 los Físicos Charles H Townes en Estados Unidos y Nicolai Básov Alexander Projorov en la Unión Soviética obtuvieron el Premio Nobel de Física en 1964 por su aporte
al laser cuyo primer equipo (un laser de Rubí) fue construido por Thedore Maiman en 1960 en New York. Notables avances científicos que cambiaron la historia
de la medicina.
La industria médica hizo su aporte como Carl Zeiss en los años 50
que introdujo el microscopio quirúrgico en un pabellón abriendo un enorme campo
para la oftalmología y otras especialidades. El Dr. Isaac Kaplan en Israel
incorporó el láser quirúrgico de CO2 a
un pabellón abriendo un enorme campo en diversas especialidades médicas
incluyendo patologías de cáncer .El aporte de Karl Storz en la endoscopia
moderna que permitió introducir luz mediante fibra óptica y que revolucionaron
el campo de la cirugía son ejemplos de los innumerables los aportes de la industria médica a la
medicina.
La “cultura
tecnológica” no es otra cosa que el conocimiento
técnico, la capacitación técnica y médica en su uso en tecnologías cada vez
más complejas en continua evolución, el respaldo internacional y aporte
científico en determinada área y el respaldo local. Preguntas tan básicas como
años de antigüedad de una determinada tecnología u equipo médico, año de
fabricación del equipo y su desarrollo futuro, respaldo local e internacional
son aspectos obvios y básicos. Con el objeto de incorporar las tecnologías en
un determinado mercado, que es un complejo problema, en mi opinión deben participar las Sociedades
Científicas, el Departamento de
Inversiones del Ministerio de Salud y sus Organismos de Compras, Hospitales
Públicos y Privados quienes deben
determinar bases objetivas que orienten la incorporación de tecnologías en
forma transparente e informada. En Chile no
hay un catastro de proveedores y
su cumplimiento y antigüedad, una
regulación en la introducción de
tecnologías exigiendo requisitos mínimos, un respeto a la antigüedad o trabajo técnico (se debe ser cuidadoso con esos proveedores “furtivos” cómo
hemos visto en esta pandemia).
Otro aspecto importante es conocer el tamaño del complejo hospitalario a
habilitar y en que se va a usar una determinada tecnología. Muchas veces un
equipo o tecnología se llaman genéricamente igual (por ejemplo microscopio
quirúrgico) pero es muy distinto el equipo a usar en un hospital de alta
complejidad que en uno de baja complejidad. Muy distinto es un microscopio
quirúrgico para oftalmología, para neurocirugía (incluso de cabeza y columna).
En láser sucede algo similar. Hay varios tipos de láser en medicina que usan
los oftalmólogos, otros equipos que usan los dermatólogos de varios tipos,
otros los ginecólogos cada uno con aplicaciones específicas. En equipos de mayor complejidad cómo los
tomógrafos computarizados hay también variedad de equipos dependiendo del
tamaño del complejo hospitalario o patología a tratar. En suma, es un problema
complejo que requiere de buena asesoría tecnológica y en el caso de equipos de
alto costo es útil hacer una reunión conjunta entre los dos, tres o cuatro
proveedores y escuchar.
En suma, hay un enorme campo a trabajar en
la incorporación de tecnologías y
equipamiento médico entre el
Gobierno Central, los Hospitales y Clínicas con sus especialistas técnicos, las
Sociedades Científicas, los proveedores con el objeto que éstas sean un real aporte en
la atención de los pacientes. La tecnología del futuro va a cambiar los
paradigmas en tratar las enfermedades de los próximos 30 años y es muy distinto el perfil epidemiológico de
los años 50 al actual y la variable
“tecnológica” debe ser estudiada y considerada. Escuche a los especialistas y arme equipos de
trabajo y nombre a nivel de Directorio un “Director o Asesor Tecnológico” que
mejore la “cultura tecnológica”. Va a
producir importantes ahorros en sus inversiones
y mejor tecnología para sus pacientes.
Ing. Jaime Calderón Riveros
Santiago, 22 de Septiembre de 2020