martes, 22 de septiembre de 2020

¿Cómo y cuándo elegir una buena tecnología en salud?

El gasto en salud para el período 2012-2019 ha crecido un promedio del 8.1% real anual que representa el 20,6% del Gasto Total, muy superior a los países de la OECD. Una serie de informes reflejan el enorme problema estructural en salud que tenemos en Chile donde las reformas históricamente se han postergado. Un informe del Observatorio Fiscal menciona que se pueden producir ahorros entre el 4,5% al 11,6% del presupuesto general  hospitalario solamente mejorando la eficiencia del gasto, la Comisión de Productividad menciona que con sólo U$ 100 millones extras se pueden efectuar 126 mil cirugías más al año sólo si se optimiza el uso de los pabellones sin necesidad de construir nuevos hospitales.   

Nuestro objetivo es tratar el tema en una arista del problema que es la incorporación de tecnologías que representa alrededor del 40% del costo en un proyecto en salud que dada la complejidad y especializado es difícil de abordar racionalmente. Con más de 30 años de experiencia donde hemos sido capacitados en diversos centros tecnológicos, Universidades, Congresos y fabricantes en todo el mundo en la introducción de diversas tecnologías, desde un implante de oído o cadera hasta una Resonancia Magnética, láser médico y otros creemos tener una experiencia que queremos compartir, que creo puede ser útil.

El primer problema que se presenta es cómo elegir una tecnología, cómo determinar que esta está “madura” u oportuna y cómo elegir el proveedor adecuado (“Who is Who”).Hoy existen los ingenieros biomédicos con mejor capacitación técnica que son un aporte en racionalizar este tipo de decisiones en conjunto con ingenieros técnicos, médicos, enfermeras, tecnólogos, kinesiólogos y profesionales de la salud. Es una situación compleja que va a demorar años en racionalizar ¿Cómo se hace ahora? Lo más usual es que después de asistir a un Congreso Internacional un determinado usuario hospitalario  se “entusiasma” con una determinada tecnología o equipamiento, traspasa la inquietud a su hospital o clínica, éste copia el catálogo o recomendación, llama a licitación, se presenta a un Directorio o Licitación y se compra. Así de simple. Alguien preguntó el mercado y competencia de determinado equipamiento, la madurez u obsolescencia de la tecnología, la complejidad técnica y si realmente se necesita. Es poco usual y son decisiones en muchas oportunidades muy  voluntaristas.

Es notable el aporte de la ciencia y la industria médica a la medicina mundial desde el descubrimiento de los Rayos X a fines de 1985 por Wilhelm Conrad Röntgen hasta la Tomografía Computarizada y Resonancia Magnética de hoy con el aporte  los Físicos Edward Mills Purcell  y Félix Blosch que obtuvieron el Premio Nobel de Física en 1952 es trascendente. Abert Einstein desarrolló los principios del láser en 1915 y en 1953 los  Físicos Charles H Townes en Estados Unidos  y Nicolai Básov Alexander Projorov  en la Unión Soviética obtuvieron el  Premio Nobel de Física en 1964 por su aporte al laser cuyo primer equipo (un laser de Rubí) fue construido por  Thedore Maiman en 1960 en New York. Notables  avances científicos que cambiaron la historia de la medicina.

La industria médica hizo su aporte como Carl Zeiss en los años 50 que introdujo el microscopio quirúrgico en un pabellón abriendo un enorme campo para la oftalmología y otras especialidades. El Dr. Isaac Kaplan en Israel incorporó el láser quirúrgico de CO2  a un pabellón abriendo un enorme campo en diversas especialidades médicas incluyendo patologías de cáncer .El aporte de Karl Storz en la endoscopia moderna que permitió introducir luz mediante fibra óptica y que revolucionaron el campo de la cirugía son ejemplos de los innumerables los aportes de la industria médica a la medicina.

La “cultura tecnológica” no es otra cosa que el conocimiento técnico, la capacitación técnica y médica en su uso en tecnologías cada vez más complejas en continua evolución, el respaldo internacional y aporte científico en determinada área y el respaldo local. Preguntas tan básicas como años de antigüedad de una determinada tecnología u equipo médico, año de fabricación del equipo y su desarrollo futuro, respaldo local e internacional son aspectos obvios y básicos. Con el objeto de incorporar las tecnologías en un determinado mercado, que es un  complejo problema,  en mi opinión deben participar las Sociedades Científicas,  el Departamento de Inversiones del Ministerio de Salud y sus Organismos de Compras, Hospitales Públicos y Privados  quienes deben determinar bases objetivas que orienten la incorporación de tecnologías en forma transparente e informada.  En Chile no hay un catastro de proveedores y su cumplimiento y antigüedad, una regulación en la introducción de tecnologías exigiendo requisitos mínimos, un respeto a la antigüedad o trabajo técnico (se debe ser cuidadoso con esos proveedores “furtivos” cómo hemos visto en esta pandemia).  

Otro aspecto importante es conocer el tamaño del complejo hospitalario a habilitar y en que se va a usar una determinada tecnología. Muchas veces un equipo o tecnología se llaman genéricamente igual (por ejemplo microscopio quirúrgico) pero es muy distinto el equipo a usar en un hospital de alta complejidad que en uno de baja complejidad. Muy distinto es un microscopio quirúrgico para oftalmología, para neurocirugía (incluso de cabeza y columna). En láser sucede algo similar. Hay varios tipos de láser en medicina que usan los oftalmólogos, otros equipos que usan los dermatólogos de varios tipos, otros los ginecólogos cada uno con aplicaciones específicas. En  equipos de mayor complejidad cómo los tomógrafos computarizados hay también variedad de equipos dependiendo del tamaño del complejo hospitalario o patología a tratar. En suma, es un problema complejo que requiere de buena asesoría tecnológica y en el caso de equipos de alto costo es útil hacer una reunión conjunta entre los dos, tres o cuatro proveedores y escuchar.  

En suma, hay un enorme campo a trabajar en la incorporación de tecnologías y equipamiento médico entre el Gobierno Central, los Hospitales y Clínicas con sus especialistas técnicos, las Sociedades Científicas, los proveedores  con el objeto que éstas sean un real aporte en la atención de los pacientes. La tecnología del futuro va a cambiar los paradigmas en tratar las enfermedades de los próximos 30 años  y es muy distinto el perfil epidemiológico de los años 50 al actual  y la variable “tecnológica” debe ser estudiada y considerada.  Escuche a los especialistas y arme equipos de trabajo y nombre a nivel de Directorio un “Director o Asesor Tecnológico” que mejore la “cultura tecnológica”. Va a producir importantes ahorros en sus inversiones y mejor tecnología para sus pacientes.

 

                                                                                                          Ing. Jaime Calderón Riveros

    Santiago, 22 de Septiembre de 2020