El sector salud representa alrededor del 40% del Estado y se avanza poco en su modernización a pesar del continuo crecimiento del gasto sobre el 8% real el último decenio, muy por sobre el promedio de los países de la OECD, y el acceso igualitario y oportuno a los servicios de salud sigue siendo una utopía para las grandes mayorías. Exceso de dogmatismo, voluntarismo, improvisación, politización, intereses no permiten avanzar. En esta nueva etapa que inicia Chile es una oportunidad de mejorar el sistema dejando las pequeñeces, eslogan y actuando con un criterio de Estado.
Aspectos Constitucionales
Todos sabemos que la Nueva
Constitución no soluciona los problemas de la salud y es solo un marco de
referencia y es la ley la que debe
determinar las políticas públicas en salud, no la Constitución. Determinar un
proceso dinámico decenal o quincenal es una forma práctica de actualizar la
Constitución a los cambios. En mi opinión, en este marco genérico debe
determinar:
Primero: se debe
fijar constitucionalmente que el eje
central de toda política pública en
salud debe ser la persona (o paciente)
quien debe tener la libertad de elegir libremente el prestador, el seguro
(público o privado) y el Estado debe
garantizar este derecho (se nos olvida mucho que la esencia
de una política en salud debe ser la persona como ser humano).
Segundo: es el Estado por intermedio del Ministerio de
Salud el rector y responsable de establecer las políticas públicas del sector
bajo cuyo mandato se coordina toda la red hospitalaria pública, privada,
Mutuales de Seguridad y Hospitales de las FFAA y con un irrestricto respeto al
medio ambiente y su entorno.
Tercero: se debe
establecer con rango constitucional que la
salud es un derecho de todos a tener
un acceso igualitario y oportuno a los servicios de salud de todos los
habitantes de Chile teniendo los pacientes deberes en prevención y cuidado de
su salud.
Cuarto: se debe establecer, también
con rango constitucional, que la prevención
debe ser el eje de toda política
pública en salud estableciendo un “Sistema Nacional Preventivo en Salud”
dependiendo de Ministerio de Salud y canalizado por intermedio de los Centros
de Salud Municipales, Consultorios, Mutuales usando la tecnología y planes
preventivos otorgando prioridad a la salud primaria.
En mi opinión debemos evitar el verbo
tan habitual en nuestra cultura latina que es inconducente a una mejor salud,
como lo demuestran las Constituciones de América Latina llenas de derechos incumplidos.
La Nueva Constitución debe establecer parámetros genéricos (Alemania no
menciona la salud en su constitución).
No es fácil avanzar en salud por la
complejidad del sector que aborda la esencia del hombre que es la vida misma e
interactúan profesionales de diversas disciplinas cómo médicos, enfermeras,
tecnólogos y diversos profesionales de la salud, arquitectos, ingenieros,
economistas cada uno con su particular visión lo que hace complejo su solución.
Que sabio fue el filósofo Gomes Millas “para dialogar debo pensar que no sé
nada para entender lo que el otro me quiere decir y en conjunto construyamos
algo mejor”. Planteo siete ejes centrales con un criterio de Estado para,
en mi opinión, obtener un real e igualitario acceso a la salud.
Primero: establecer
a la prevención cómo eje central de toda
política pública en salud,
“actuar antes que se produzca la enfermedad” nos enseña la milenaria cultura
china, pensando en la situación epidemiológica actual, en el aumento de las
expectativas de vida y en las enfermedades del futuro usando la tecnología en
la detección precoz de enfermedades. Problemas graves de salubridad pública
como la obesidad infantil, el alcoholismo y la drogadicción, el sedentarismo,
salud mental, accidentes debe ser abordado con un criterio de Estado
estableciendo planes trienales, quinquenales o decenales en abordándolos severa y enérgicamente profundizando los
programas actuales. Pregunto ¿es el servicio militar social obligatorio los
fines de semana una herramienta del Estado para mejorar la educación sanitaria
y producir cohesión social? (como en Israel) ¿Cómo vamos a abordar el problema
cultural del alcoholismo juvenil y obesidad, por ejemplo, sin una política
pública severa?
Segundo:
la modernización del Estado en salud es tarea por decenios postergada y
es sustantiva para tener una salud de acceso igualitario y oportuno. Cómo se
mencionó, el gasto en salud ha crecido continuamente con un crecimiento de la
productividad hospitalaria que es la mitad del sector privado sin resolver los
problemas de un amplio sector de la población, enormes inversiones
subutilizadas y un importante sobre gasto en salud cómo lo demuestran estudios
de la Comisión de Productividad, Observatorio Fiscal e incluso de la Fiscalía
Económica. Se necesita una re-ingeniería radical
estableciendo un Ministerio de acuerdo a los tiempos actuales, con
Vicepresidencias Ejecutivas, Hospitales con Directorios y Gerencias e
incorporando a la “Comunidad Viva” como Sociedades de Beneficencia, Empresa que
es fuente de recursos. Sin una profunda modernización del Estado en Salud
cualquier política pública es “letra
muerta” a pesar que los derechos queden garantizados en la nueva constitución.
Tercero:
el sector salud no debe estar ausente del explosivo crecimiento de la tecnología que debe ser usado en la
modernización del sector que va a tiene a va a tener un importante rol y va a
cambiar los paradigmas en tratar enfermedades y es causa sustantiva del aumento
de las expectativa de vida (Chile tiene una esperanza de vida actual de 81
años, superior a Estados Unidos y por sobre los países de América Latina). La
tecnología 5G va a optimizar la ubicación del paciente, el centro hospitalario,
el traslado y apoyo médico en forma oportuna y eficiente. La telemedicina para
apoyar en forma remota localidades extremas con la atención de especialistas.
La nanotecnología va a permitir el traslado de fármacos en forma controlada obteniendo
mayor eficacia. La robótica permite efectuar ciertos procedimientos en forma
más segura y eficiente y con el desarrollo de la inteligencia artificial va a
permitir tener la experiencia no de un cirujano sino de miles de cirujanos
obteniendo un mejor diagnóstico. El desarrollo del diagnóstico por imágenes
(CT, MRI) permite detectar en forma precoz enfermedades como el cáncer de
páncreas, próstata y otras. Debemos tener conciencia que la tecnología va a
cambiar la forma de tratar las enfermedades del futuro y me pregunto ¿está
nuestro sistema hospitalario capacitado para enfrentar este desafío? ¿Tenemos
una ficha única que nos permita materializar el anhelado hospital digital?
Cuarto:
El acceso igualitario y oportuno a una salud digna es anhelo y aspiración
impostergable, sin restricciones de financiamiento, pre-existencias donde la
salud es un bien social cómo lo define la Declaración Universal de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas que Chile suscribió “Toda persona tiene derecho
a un nivel de vida que asegure, así como a su familia, salud y bienestar,
incluyendo asistencia médica” y es parte de los principios de la Seguridad
Social. En Chile existe un seguro único público (Fonasa) que atiende en
hospitales públicos, carentes de recursos y especialistas, a cerca del 80% de los pacientes que no
tienen opción de elegir y seguros privados (Isapres) que atienden sobre
3,3 millones de chilenos con múltiples
planes y prestadores que el paciente puede elegir libremente, con una fuerte
inversión privada. Es aquí, el monopolio del Estado sobre los pacientes, donde
está la esencia de la inequidad en el acceso a una salud igualitaria. Si se
otorga libertad de elección de los
pacientes, subsidiando directamente a los más desposeídos, posibilita un mejor acceso
igualitario a la salud y, en mi opinión, es la piedra angular para tener un
acceso igualitario y oportuno a la salud (como anécdota informativa el antiguo
Sermena permitía la libre elección). Un
seguro único complementado con aportes directos a las personas, permite optar a mejores seguros público/privados haciendo
realidad el acceso a una salud igualitaria y oportuna.
Quinto:
Un seguro universal obligatorio
para enfermedades catastróficas y las denominadas “enfermedades raras” es un imperativo ético y solidario y forma
parte de una política de Seguridad Social moderna. No es tolerable la ruina de
familias completas por situaciones de salud.
Sexto: el
incremento del plan Auge garantizando el financiamiento de un mayor número de
enfermedades, el aporte público/privado en la construcción y habilitación
hospitalaria que maximiza recursos públicos, la incorporación de las fuerzas
“vivas” de la sociedad como la beneficencia, las “damas de hospital”, los
aportes privados, las donaciones con beneficios tributarios son herramientas de
un Estado moderno y fuente trascendente de financiamiento. La incorporación de
las Sociedades Científicas por intermedio del Ministerio de Salud, el catastro
de proveedores de la salud con sistemas controlados por el Estado contribuyen a
tener una mejor salud en los próximos decenios con un criterio de Estado.
Séptimo: El Estatuto de los Trabajadores de la Salud es otro eje central en una política pública en salud. Vemos con preocupación la agresión a recintos hospitalarios, un bien de uso público, como al personal que ahí trabaja, que es inaceptable y hace compleja su labor.
En suma, lo trascendente para que haga realidad un acceso igualitario, oportuno y asequible para todos los chilenos son un enfoque modernizador con criterio de Estado de nuestro sector público mejorando la gestión, focalizar el gasto a la prevención y sector primario eje central de toda política pública, libertad de elección de los pacientes para que elijan libremente el prestador subsidiado a los de menores recursos mediante un seguro universal único complementado con aportes directos del Estado a las personas para que estos puedan optar a mejores seguros públicos o privados, el uso de la tecnología, un seguro catastrófico universal, incrementar el plan Auge y un acuerdo público/privado que permita maximizar los recursos del Estado incorporando a la “comunidad viva” y un Estatuto de los Trabajadores de la Salud son ejes centrales para una política del sector con visión de Estado. Que Dios ilumine a Chile en este trascendental momento.
Ing. Jaime Calderón Riveros
Santiago, mayo 30, 2021
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